Miradas indiscretas {Bakudeku} (Terminada)

19. Primera vez

Al entrar me dejo caer en la cama. Deku hace lo mismo a mi lado. Rodeo su cintura, atrayéndolo a mi pecho y acurrucándose en él. Dejo un tierno beso sobre su frente.

Acabamos de volver del viaje. Estábamos muy cansados por lo que nada más llegar, entramos a la habitación y nos tumbamos en la cama.

Lo único que quería ahora mismo era estar así con él. No quería alejarme de su lado.

—Kacchan.

—¿Pasa algo, bebe?

—¿Puedo preguntarte algo?

—Claro que si, lo que sea.

Lo miro preocupado por su tono de voz. Sonaba triste y asustado.

—Cuando salgamos de vacaciones, seguiremos viéndonos, ¿verdad?— cuestiona con tono triste, con la cabeza agachada.

Mi bebe…

Lo aprieto más contra mi pecho. Beso su frente con cariño.

—Claro que si mi amor. ¿Cómo puedes pensar que no nos veríamos? Necesito verte para vivir. ¿Quién me haría feliz durante las navidades si no eres tu? Nadie puede hacerme feliz más que tu. Además, vivimos cerca, no desaprovecharía la oportunidad de verte en la vida.

Se le llenan los ojos de lágrimas. Esconde la cabeza en mi cuello y lo escucho llorar en voz baja. Lo abrazo con fuerza. Acaricio su espalda con suavidad y dejo besos sobre sus mejillas.

—Ya, bebe, Shh. No llores más por favor.— pido sobre su oído en voz baja.

—N-No puedo— murmura.

—Te amo, bebe.

—T-Te amo.

Agarro sus mejillas, mirando sus ojitos llenos de lágrimas. Las limpio con los pulgares, seguido de unir nuestros labios dulcemente.

Entonces, en ese momento todo se descontrola.

El beso empezó a subir de intensidad. Me muevo y me coloco sobre él sin aplastarlo mientras nos seguimos besando. Quito su camiseta y vuelvo a atacar sus labios. No puedo frenarme, me esta volviendo completamente loco. Siento como agarra mi camiseta, intentando quitarla. Sonrío, me separo un poco y termina de quitármela. Acaricio con suavidad su mejilla sonrojada.

Se veía tan tierno.

—Bebe, ¿estas seguro?

—Si, estoy seguro.— se sonroja—. Quiero que me hagas el amor.

Sonrío. Lo beso con dulzura.

Voy acariciando su cuerpo mientras nos besamos. Dejo sus labios y voy repartiendo besos por su cuello, pecho y pezones hasta llegar a la cinturilla de sus pantalones.

Los agarro y voy bajándolos poco a poco. Cuando los quito puedo ver como su miembro se marca en los calzoncillos. Se sonroja al notar lo que miraba. Sonrío pícaro.

—Veo que alguien esta contento y ansioso.— susurro en su oído.

—Y-Yo…

—Ya somos dos.— muerdo el lóbulo de su oreja.

Beso sus labios con intensidad. Gime al sentir mi mano acariciar su miembro. Agarro mis pantalones y me los quito, seguido de quitar sus calzoncillos, quedando desnudo.

—Hermoso— susurro sobre sus labios. Dejo un tierno beso sobre ellos.

Me rodea el cuello con sus brazos y me besa con intensidad. Sonrío, devolviéndoselo.

Mientras nos seguimos besando, bajo la mano, acariciándolo. Gime entre el beso.

—Q-Quítatelo— susurra con la respiración acelerada, agarrando mis calzoncillos.

Asiento. Los agarro y me los quito, quedando desnudo.

—¿Te gusta más así?— murmuro sobre sus labios.

Se sonroja—. Mucho.

—Pues todavía no ha llegado lo mejor.

Me acerco a la mesita que tenia junto a la cama. La abro y de ella saco el bote de lubricante y un condón.

Me observa atentamente mientras me muevo y colocándome frente a él, empiezo a abrir el bote de lubricante. Traga saliva nervioso cuando me ve echarme en los dedos.

—Abre las piernas bebe.

Asiente. Lo hace.

—Relajate, no te haré daño.

Asiente. Me coloco sobre él y lo beso dulcemente. Nos fundimos en un beso dulce y lleno de pasión. Mientras nos besamos dirijo la mano hacia su entrada y empiezo a dilatarlo. Suelta pequeños gruñidos en mitad del beso. Acaricio con mi mano libre uno de sus pezones, distrayéndolo.

Cuando ya esta dilatado voy introduciendo mis dedos de uno en uno y poco a poco. Lo que menos quería era hacerle daño y que se asustara.

Cuando ya están los tres dedos dentro los voy moviendo.

Gime—. K-Kacchan…

—Tranquilo bebe, ya están dentro. Lo peor ya ha pasado.— dejo un beso sobre su frente.

Termino de dilatarlo bien, me coloco el condón y me posiciono en su entrada.

—Relajate, ¿vale? Voy a entrar. Iré despacio, no tengas miedo. Jamás te haría daño.

—Confío en ti.

Sonrío. Lo beso y voy introduciéndome poco a poco. Suelta un gemido de dolor.

—Shh, tranquilo.

Lo acaricio, distrayéndolo mientras sigo introduciéndome. Suelto un gruñido cuando estoy dentro.

—K-Kacchan…

—T-Te sientes tan apretado, bebe.— gruño—¿Te encuentras bien?

—Si.

—Me moveré.— asiente.

Me empiezo a mover poco a poco, mientras voy escuchando sus gemidos sobre mi oído, provocándome aun más.

No podía explicar con palabras la maravillosa sensación que sentía en este momento en mi pecho. Jamás había sentido algo así. Era sencillamente perfecto.

¿Esto es lo que se siente al hacer el amor con el amor de tu vida? ¿Con tu alma gemela?

Si era eso puedo decir que era lo mejor y lo más maravilloso que había sentido en toda mi vida. No quería que este momento acabara nunca.

Acelero los movimientos mientras nos besábamos sin parar. Lo que menos queríamos es que nos escucharan.

—K-Kacchan, siento que v-voy a explotar — murmura, minutos después.

—Yo también, estoy a punto de llegar— sonrío—. Lleguemos juntos amor.

Lo beso y segundos después llegamos al orgasmo soltando un fuerte gemido, que fue amortiguado en su mayoría por el beso.

Salgo de él, me quito el condón y lo tiro. Me tumbo a su lado agotado y lo atraigo hacia mi, en un fuerte abrazo.

—¿Estas bien, bebe? ¿Qué te ha parecido?

—Estoy muy bien— Apoya la cabeza en mi pecho—. Y a sido maravilloso. Ha sido mejor de lo que hubiera imaginado. Contigo todo es maravilloso— sonríe—. Te amo.

Sonrío.

—Te amo.

Nos abrazamos más fuerte y nos quedamos dormidos.

Había sido el mejor día de mi vida. Jamás cambiaría nada de este día.

Lo que no sabia es que lo malo estaba por llegar. Y que llegaría con las vacaciones de navidad.