Miradas indiscretas {Bakudeku} (Terminada)

16. Viaje

—¿Un viaje a la nieve?— pregunta toda la clase al unísono.

—Si, hemos pensado que seria un buen plan para que descanséis y os relajéis después de tanto trabajo.

Tras decir eso todos empiezan a gritar emocionados.

¡Vamos a poder ver la nieve!

¡Esquiaremos todo el día sin parar y haremos carreras!

¡Echaremos muchas fotos y nos lo pasaremos genial!

¡Haremos muñecos de nieve y nos acostaremos tarde!

Esos son algunos comentarios que oigo. La verdad es que a mi me hacia mucha ilusión ir de viaje. Poder ver la nieve, esquiar y pasar tiempo todos juntos la verdad es que me hacia mucha ilusión. Pero sin duda lo que más ilusión me hacia era poder pasar tiempo con Kacchan. Ver la nieve, esquiar y dormir juntos me hacia mucha ilusión.

Giro la cabeza, buscándolo con la mirada. Lo encuentro sonriéndome. Le sonrío igual. Por lo visto estábamos pensando en lo mismo.

El profesor termina de explicar un par de cosas sobre el viaje y cuando termina el timbre suena, anunciando el final de la clase.

Salimos de clase y nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones.

Estaba recogiendo unas cosas en mi habitación cuando tocaron la puerta.

Me acerco a ella y la abro.

—K-Kacchan, ¿Qué haces aquí?

Sonríe.

—Necesitaba verte.

Entra, cierra la puerta y me rodea con sus brazos, acercándome a su pecho.

Suspiro, aferrándome a él. Escondo la cabeza en su cuello.

—Necesitaba esto— susurra.

—Y yo.

Agarra mis mejillas y besa mis labios con ternura.

—¿Sabes?

—¿Umm?— murmuro sobre su pecho.

—Este viaje a la nieve me parece una muy buena idea.

—¿Enserio? ¿Y eso?

Sonríe malicioso.

—Porque podre enterrarte en la nieve.

Frunzo el ceño. Ríe.

—¡Kacchan!— ríe aun más —. Bueno, yo podre tirarte bolas de nieve.

Alza una ceja.

—¿Ah si?

—Si.— Sonrío.

Acerca su cara a la mía, quedando a pocos centímetros de distancia.

—Me gustaría ver eso, quiero ver como lo intentas.

—¿Me retas?

—No— Se agacha y me agarra de las piernas, levantándome y colocándome sobre su hombro—. Porque se que perderás.

—K-Kacchan, ¿Q-Qué haces?— me sonrojo con fuerza.

—Castigarte.

—¿P-Porque?

Me coloca sobre la cama. Se sube sobre mi, sin aplastarme.

—Por provocarme. —acerca su boca a la mía— ¿Cómo que me lanzaras bolas de nieve?

Estaba muy cerca. Se me corta la respiración. Siento como mi corazón se acelera.

—P-Pues yo…

—Siento decirte esto bebe, pero no tendrías ninguna oportunidad. Antes incluso de que pudieras intentar lanzarla, ya te tendría atrapado—sujeta mis manos sobre mi cabeza—, así, entre mis brazos.