Capitulo 1

790 72 11
                                    


-Mami arriba, mami, mami -El omega sintió un par de piecitos saltar en su cama, cubrió su cara con las cobijas tratando de volver a dormir, pero se destapo con velocidad al escuchar un costalazo en el suelo de la habitación, retuvo el aire en sus pulmones con preocupación hasta que la vio riendo ligeramente

-No me dolió – Aseguro y salió corriendo de la habitación a la velocidad de la Luz, haciendo sonreír de oreja a oreja al omega, la cual se borró rápidamente al escuchar otro golpe en el suelo y de nuevo un alegre grito diciendo "No me dolió" el omega soltó una risa -Astrid, con cuidado amor! -Grito desde la comodidad de su habitación, su pequeña era muy torpe, algo similar a él.

Cuando por fin se sintió con la fuerza necesaria se levanto de su cama con pasos torpes, tropezándose con sus botas que había dejado caer sin precaución la noche anterior, se dirigió al baño y lavo su rostro y sus dientes, tratando de despertar por completo, y como todos los días tomo una ducha calentita, y no muy larga pues tenia una Alfita corriendo de allá para acá con pasitos torpes rompiendo todo a su paso, salió de la ducha y se vistió con un cárdigan de colores, unos jeans negros, una camiseta blanca, sus converse negros y una bandana negra sosteniendo sus rizos, luego de un rato se preocupo cuando escucho silencio, en ese momento le dio la razón a su madre.

"Lo peor que puedo escuchar en la casa es silencio por que significa que alguno de los dos quedo inconsciente y el otro esta demasiado ocupado tratando de despertarlo" Su mamá se los decía a Gemma y a el todo el tiempo, a veces aún se los dice.

Bajo las escaleras con prisa y al no ver a su pequeña grito -Astrid?- no obtuvo respuesta -Marco!

-Polo! -Se escucho escaleras arriba, claro, ya sabia donde estaba, así que subió dirigiéndose a la habitación donde dormía Jules

-Buenos días pelusa- Saludo abrazando a su cachorrita agachándose y abrazándola por la espalda dándole múltiples besos en las mejillas, marcándola con su aroma a frutos rojos causando risitas en su pequeña

-Mami, basta -Dijo entre pequeñas risas mientras jugaba con las manitas de su hermanita, Jules

-Nada de basta, o es que ya no me amas? -pregunto con dramatismo en su voz, recargando una mano en su frente, reclinando su cabeza hacia atrás ligeramente

-Te amo mas que a nada mami -Aseguro su cachorrita mientras se lanzaba a su regazo marcando a su mami con su aroma a café con leche, un olor poco común para la edad de Astrid, con sus cinco cortos años ya hablaba hasta por los codos y excesivamente posesiva con el omega

-Y yo a ti pelusita, corre a cambiarte si -La niña sonrió de lado a lado, emocionada, era su primer día en tercero de preescolar, corrió fura de la habitación tropezando con sus propios piecitos, aun así no se detuvo.

Tuvo que adaptar toda la casa cuando Astrid aprendió a caminar, remplazando las cosas de vidrio con cosas de plástico, porque su cachorrita era terriblemente torpe con sus piecitos, y al ser una Alfita pura, a veces se trasformaba en Lobita sin intensión, siempre tenia las cosas rompibles bajo llave, le recordaba mucho a el de pequeño.

Se levanto del piso y tomo a su bebe en brazos, aun no sabia su casta pero Harry juraba que seria una linda omeguita con su aroma suave a Lilas y su actitud tranquila, pacífica, callada y observadora, todo lo contrario a su hermana.

En realidad, criar a sus dos hermosas cachorritas fue mas complicado de lo que él jamás pensó, y lo que jamás le desearía a ningún omega, ni a nadie.

Cuando Harry recién cumplido 15 conoció a Gabriel, su ex-Alfa. Ambos de la misma edad, se amaban, o Harry eso creía, fueron novios por cuatro años, los primeros dos años fueron los mas hermosos, Gabriel le llevaba flores a Harry siempre que podía, lo endulzaba con palabras dulces y le prometía amor eterno, pero cuando cumplieron tres años, el cambio, se volvió seco, un poco cortante con Harry, el corazoncito del omega se estrujaba cada que el Alfa le respondía de esa manera, pero el estaba aferrado a que el era su Alfa, así que nunca dijo nada, así fue por dos años, hasta que cuando Harry cumplido 19 años, descubrió que estaba en estado, estaba emocionado, el siempre quiso una familia, y al fin se estaba cumpliendo su sueño, Gabriel ese día le prometió llegar temprano a casa para celebrar el cumpleaños del omega, pero no llego hasta la madrugada, Harry lo espero despierto, quizá el trabajo había ocupado un poco mas de su tiempo, así que en cuanto lo vio entrar corrió hacia el emocionado

Unexpected But BeautifulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora