Capítulo 1

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El día estaba soleado y perfecto a lado de mi pésimo humor. No conocía a nadie y era el primer día, sí, eso tampoco ayudaba demasiado. Estacioné mi auto en la sombra y me dirigí a la entrada principal; el colegio Hastings era una buena universidad, incluso podía decir que era más bonita que mi antigua escuela pero ni siquiera eso me convencía de formar lazos de fraternidad con alguien. Lo menos que quería era eso y lo que más deseaba era volver a casa, mi verdadera casa, no en la que había estado viviendo los últimos años.

Muchas cosas habían pasado por mi mente cuando me vi obligada a aceptar todo el asunto de otra ciudad y otra escuela, siempre había creído que nada podía ser peor, había subestimado a mi madre. Las cosas siempre podían empeorar. Caminé por los pasillos echando un vistazo de vez en cuando a mi nuevo horario en busca del aula correcta. Sin duda era una escuela grande, estaba segura que había pasado por el mismo pasillo dos veces. Cuando finalmente encontré mi salón me apresure a entrar, había pocos alumnos pero fue inevitable llamar la atención después de tropezar en mi camino hacía el fondo de la habitación. Llamar la atención no estaba en mi lista de prioridades pero evidentemente no estaba haciendo un buen trabajo así que me  hundí lo más que pude en mi asiento. 

Me reprimí sola por ser tan absurda y saqué de mi bolso la carpeta roja que papá me había dado en mi doceavo cumpleaños; la había llevado conmigo a todos lados desde entonces y justo ahora cuando salí de nuestra nueva casa decidí incluirla. Las palabras borrosas pero aún legibles en la parte de enfrente robaron mi atención: "Con cariño: Papá" sonreí acariciándolas, él las había escrito para mí, cuando todo era perfecto, o al menos cuando parecía perfecto, cuando estábamos juntos. ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado ahora?

El murmullo de afuera fue creciendo haciéndome volver al presente.  Me volví hacia la entrada observando como el resto de los alumnos entraban; todos los rostros eran tan nuevos para mí pero ellos se saludaban con familiaridad mientras tomaban sus asientos y me miraban de reojo. Suspire exageradamente. Aquí vamos. Mientras todos se acomodaban a unisono, me concentré en la puerta, unos ojos miel miraron en mi dirección y me removí. Soltando una sonrisa que llenaba su rostro, la dueña de esos ojos se pavoneo hacia mí, su cabello rojo y alborotado se agitaba al ritmo de sus pies mientras caminaba con seguridad. Suspiré de nuevo.

-¿Lindo día no? -Dijo sin vacilación buscando mi mirada, sus ojos enormes combinaban a la perfección con su refinado rostro.

Le devolví la mirada, no estaba segura de que contestar. ¿Por qué me estaba hablando? Yo no era una persona grosera y en otras circunstancias habría correspondido a su sonrisa pero estas no eran otras circunstancias, no era momento de hacer amigas. La ignoré esperando lucir antipática, no quería nada, no quería amigas. Era estúpido, quizá estaba exagerando pero siéndome honesta ni siquiera sabía porque me estaba hablando, no me interesaba integrarme, entre menos gente se acercara a mí mejor. Menos distracciones mayor oportunidad de conseguir lo que quiero.

Sin embargo, ella no se inmuto, amplio aún más su sonrisa y toco mi hombro -No creo que estés buscando el desprecio de todos. Soy Payton Crabbs, bienvenida a Hastings -La encaré de nuevo, era perseverante, le concedía eso.

-Gracias.

-Vamos, ambas sabemos que puedes hacer algo mejor que eso.

-Lo siento, no me mal entiendas es solo que no estoy buscando una amistad o lo que sea.

La miré pero en lugar de la reacción que esperaba solo conseguí otra sonrisa perfecta -No te libraras de mi -Jugueteo con la punta de su bolígrafo -Soy experta ganándome el corazón de cualquier persona. Y vamos, estaré sentada junto a ti el resto del semestre. Necesito a alguien que no sea tan cabeza hueca para aprenderse las leyes que yo no pueda y tú necesitas a alguien también, todos lo hacemos. -Su sonrisa no había vacilado ni un momento.

Me mordí el labio haciendo tiempo, de acuerdo, tal vez podía permitirme esto. Ciertamente, fuera mucho o poco el tiempo que estuviera aquí tenía razón en algo: necesitaba a alguien. Para bien o para mal. Le di un leve asentimiento 

-Soy Jessica, Jessica Myers.

-Te gustará la escuela -Su sonrisa se volvió victoriosa, era evidente que estaba acostumbrada a ganar -Y ¿A qué se debe tu exilio? Estarás aquí unos años, no se me hace la idea más brillante.

Tenía razón, no lo era, pero era eso o resignarme a un nuevo comienzo y no iba a ceder. No quería un nuevo comienzo, quería volver a Albuquerque donde estaba todo lo que me unía a Papá y la única forma de hacerlo era demostrarle a mi Mamá que mudarnos fue mala idea, sonaba inmaduro, pero me había quedado sin opciones. No respondí. Clave mi mirada al frente perdiéndome en mis pensamientos; Payton lo debió haber notado porque rápidamente continuo 

-Está bien, ya habrá tiempo para eso. -Le di una sonrisa sincera esta vez. -¿De dónde eres? De aquí no, apuesto eso.

-Albuquerque

-¿De verdad? He estado ahí un par de veces, lindo lugar.

Asentí. Tal vez era una buena idea tener una conocida pero Payton no lucia exactamente como la chica que le hablaba a la nueva para brindarle su amistad. ¿De verdad necesitaba a alguien? Y si era así ¿Por qué a mí? Ella tenía más tiempo en la escuela. Llámenme paranoica pero había aprendido a desconfiar de las personas -Lo es, es un buen lugar y... bueno gracias por no considerarme cabeza hueca pero ¿De verdad necesitas a alguien? O...

-Oh no, no pienses que es personal. Escucha -Se reclino en su asiento acercándose a mí -La mayoría de las chicas de allá solo piensa en maquillaje, son agradables y todo pero ni siquiera sé cómo lograron entrar -Susurro apuntando con la mirada al grupo de enfrente -Ellos en futbol y no odio el futbol pero no es una opción -Señalo a los chicos del otro extremo. -Y bueno ellos -Dijo señalando al resto del grupo -Creen que soy demasiado superficial para tomarme en serio la universidad -Se encogió de hombros -No puedes agradarle a todos. En fin -Suspiro. -Supuse que querrías a una brillante, guapa e inteligente compañera. No te quejes -Guiño un ojo.

-De acuerdo. -Reí. No era detestable ¿Cuándo se me ocurrió la idea de aislarme? Ah sí, papá.

El Sr. Fischer entró callando poco a poco las murmuraciones, y como era de esperarse anunciando a los cuatro vientos que yo era la chica nueva, se veía que era una persona tradicional, me hizo ponerme de pie y hablar acerca de mi antigua escuela, ahí se había ido mi intento de pasar desapercibida.

Hizo un par de preguntas más acerca del porque elegí leyes y cual era mi inspiración, las conteste rápidamente y me dejó sentar. Payton susurro una broma a media clase de él y fue inevitable reír, después de una larga explicación de porqué la historia del derecho es importante el timbre por fin marco el final, no había estado tan mal y no parecía un mal maestro, el mar de personas se apresuró a salir del salón dejándome a mí que había decidido perder un poco de tiempo.

-Te veo en el almuerzo -Dijo Payton con su brillante sonrisa antes de unirse a los demás en la puerta.

-Claro -Conteste dirigiendome a la puerta también.

-Señorita Myers

-¿Si? -El señor Fischer me miro.

-Bienvenida a San Francisco. -Le di lo que según yo era una sonrisa y cruce la puerta, no me sentía precisamente "Bienvenida" sin embargo no parecía un mal comienzo, adelantarme a sacar conclusiones no era inteligente tampoco, solía arrepentirme.

A como iban las cosas volver a casa iba a ser más complicado.



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Este es mí primer capitulo, quizás sea un poco vago pero conforme van leyendo la historia toma forma, gracias por darle una oportunidad y espero que la disfruten :)

AL. R.


Try Again ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora