4. Amigos

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—K-Kacchan— gimo al sentir sus labios, repartiendo besos por mi cuello.

—Bebe…,eres tan tierno— sigue repartiendo besos por mi cuello—. Me vuelves completamente loco.

Aprieta mi trasero sacándome otro gemido más alto.

—K-Kacchan, por favor— pido.

Necesitaba que me besara. Necesitaba sentir sus labios sobre los míos.

Sonríe, acerca sus labios a los míos y cuando están a punto de tocarse…

Me despierto al escuchar golpes.

Suelto un quejido al moverme. Me encontraba en el suelo. Por lo visto después de estar un rato llorando, al final me quede dormido. Por lo que ahora sufría las consecuencias de haber dormido en el suelo.

De pronto, vuelvo a la realidad al escuchar mi puerta ser tocada.

¿Quién será a estas horas?

Me levantó, sobándome el cuello adolorido. Me acerco a la puerta y la abro.

Frunzo el ceño.

—¿Ochaco?

—Menos mal que has abierto, estaba preocupada porque tardabas mucho.

—Estoy bien, ¿Qué ocurre? ¿Qué haces aquí?

—Quiero hablar contigo de algo.

—Esta bien, pasa— entramos a mi habitación, cierro la puerta y nos sentamos en la cama—. Y bien, ¿de que querías hablar?

—Dime la verdad, ¿te gusta alguien, verdad?

¿C-Como?

—¿Q-Que?, yo…

—No me mientas— musita, seria.

Bueno, por decirle que me gusta alguien no tiene que pasar nada, ¿no? No tiene porque saber quien es la persona que me gusta.

—S-Si, me g-gusta alguien.

Me sonrojo al pensar en Kacchan.

Asiente.

—¿Es Katsuki, verdad?

Me tenso.

¿Q-Que? ¿C-Como? ¿Tan obvio era? ¿C-Cómo era posible que lo haya descubierto?

Levanto la cabeza y la miro, asustado.

Estaba muy asustado, no quería que se lo dijera a Kacchan y eso hiciera que me odiara aún más. Tenia miedo de que me rechazara y se alejara.

No quería perderlo aún más…

—¿Qué vas hacer? ¿Vas a contárselo a todos? ¿Vas a ir y se lo vas a contar a Kacchan?— musito, borde.

Puede que sonara borde, pero era el miedo hablando por mi. Tenia mucho miedo de lo que pudiera ocurrir.

Frunce el ceño.

—¿Qué? No ¿Por qué piensas que haría eso? Soy tu amiga, jamás te haría daño.

Lágrimas empiezan a formarse. Tapó mi cara con mis manos.

—L-Lo siento. Perdóname por juzgarte así pero…, es que tengo tanto miedo.

—No pasa nada, entiendo como te sientes— me abraza—. Pero dime, ¿Por qué tienes tanto miedo?

¿Puedo confiar? ¿Puedo contárselo?

—Primero de todo, ¿puedo preguntarte, como te diste cuenta?

Miradas indiscretas {Bakudeku} (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora