Paranoia.

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23 de diciembre de 1860

Louis está en su pequeña casita, solo, pues Harry se había ido como de costumbre, el día anterior su alfa le había dado la noticia de que se mudarian lo más pronto posible, por lo cual, se encontraba guardando las cosas escenciales en algunas maletas, dejaría todo lo demás en la casa y poco a poco Harry lo llevaría al nuevo lugar.

Aún no sabía a qué lugar se irían, pero confiaba plenamente en su alfa y por lo tanto no hizo ningún reproche, siguiendolo con ojos cerrados a dónde quiera que el diga.

La preocupación no se había de su cuerpo desde el día en que su pareja pareció sentir a alguien siguiendolos y el que Harry le transmitiera la preocupación, enojo y algo de miedo a través del lazo durante el día, no ayudaba mucho, tampoco habia visitado a su madre, ni Zayn a él, lo cual le parecía algo extraño dadas las circunstancias.

Había comenzado a escuchar pasos afuera de su casita, aunque se calmaba cuando recordaba que tal vez era Niall haciendo su guardia, aunque no lo veía por ningún lado y tampoco lo olía cerca, lo cual también era extraño, pues por lo general, Niall hacia su guardia dentro de la casa mientras platicaba con Louis, pues el rubio tendía a aburrirse.

Tal vez las emociones que sentía por parte de su alfa sumadas a las suyas propias, le estaban jugando una mala pasada y tal vez, solo tal vez, era algo de paranoia.

Una vez termino de guardar la ropa que era esencial, se dirigió a la cocina para continuar guardando algunos utencilios en cajas, de vez en cuando picoteando algo de la comida que se encontraba a su paso.

Se encontraba envolviendo algunos trastes en algo de papel, para que estos no se dañarán ni hicieran ruido al ser transportados cuando sintió por medio del lazo la preocupación de su alfa, seguido de un dolor en el estómago, que le hizo doblarse y vomitar sobre sus pies.

Tan pronto como termino de vaciar su estómago, se apresuró a intentar comunicarse a través del lazo con Harry, pero fue en vano, pues no obtenia respuesta alguna, solo sentía la agitación de su alfa.

En un intento por calmarse y convencerse de que todo estaba bien, se dedicó a limpiar el desastre que había causado y a continuar guardando las cosas, tampoco sirvio de mucho, pues seguía con esa inquietud en su cuerpo.

Conforme los minutos pasaban, la inquietud era remplazada por un malestar que le hacía sentirse mareado, extrañamente cansado y débil, por lo que decidió ir a la sala y sentarse hasta se que se le pasara el mareo, intentado no llamar a su pareja para no preocuparlo, pues no sabía en qué situación se encontraba.

Tomando respiraciones profundas, pudo calmar sus náuseas, algunas más y sentirse más cansado y preocupado, sabía lo que estaba pasando, su alto grado de estrés y añadido el de su alfa a su cuerpo, estaba provocando que su mente cayera involuntariamente en un estado de inconciencia, en un intento por tranquilizarse, solo lograba alterarse más y seguir cayendo.

Ruidos muy fuertes fuera de la cabaña lo alteraron más, los gritos y los sonidos de la puerta siendo forcejeada, siendo esto lo último que necesito para terminar de caer, antes de saber que era lo que realmente estaba pasando.

No sabe cuánto tiempo paso, de repente todo era frío, lo único que le daba algo de calidez era olor de su alfa, que se colaba delicadamente por su nariz, poco a poco comenzó a abrir los ojos, ya no estaba dentro de su casita, ahora, estaba fuera de ella, en un lugar desconocido para él, tirado en el suelo, era un bosque, estaba seguro de eso.

Tanto la noche como el bosque, son profundos, lo cual le dificultaba la visión, pero el olor de la flora le confirmaba, que efectivamente estaba en un bosque y lo único que lograba escuchar era un zumbido, sentía la preocupación de su alfa a través del lazo, lo cual, solo le daba la sensación, no solo de seguir cayendo, si que ahora, también de estarse ahogando.

Comenzo a querer moverse, cuerpo no reaccionaba, se sentía de trapo, parpadeo un poco en busca de aclarar su visión y poder ver a su alfa, nada.

Intento de nuevo, esta vez moviendo la cabeza, viendo a lo lejos, lo que parece ser una antorcha, siente que la sangre le comienza a correr por las venas y con algo de esfuerzo, logra incorporarse, se tambalea hasta la antorcha y ve algo que solo se podía ver de cerca.

Es Harry, sentado al pie de un árbol, amordazado y encadenado, sucio, golpeado, un olor ya conocido reapareciendo, su audición se desbloquea cuando escucha un arma siendo cargada y se bloquea nuevamente cuando escucha el grito de Harry, sus sentidos no cordinan, lo único que siente es su sangre caliente corriendo por sus venas, hasta desembocar por la lesión en su vientre

No sabe que está pasando, todo parece ir en cámara lenta, no oye, no siente dolor, pone sus manos sobre el lugar donde brota la sangre, mira a Harry al pie del árbol llorando y gritando de una manera desgarradora, intentando soltarse de todo lo que lo detiene, regresa su vista a sus manos llenas de sangre y sus lágrimas lavando está, la preocupación de su alfa a través del lazo, solo lo llevan a lo más profundo del abismo.

—Tu cachorro ya no esta—le dice Adam, mientras se para entre él y Harry— el plan no era este, pero no me sirve un omega puta embarazado—se acerca al alfa indefenso, con arma en mano apuntando a la cabeza—¿Creíste que se quedaría así?

El arma detona por segunda ocasión, Louis cierra los ojos para no ver la sangre de su alfa y la de su cachorro, se da la vuelta, quedando de espaldas a la escena, su marca pica, quema, duele, llamando a su alfa, la marca no se desvanece, su cuerpo se comienza a sentir ligero, como si estuviera flotando sobre el mar, los rayos de sol evaporando el agua, el vapor convirtiéndose en llamas, el ambiente sofoca, se siente arder y se ve envuelto en la calidez de quien es su hogar, se permite respirar.

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Se supone que este seria el final, pero hay cositas que faltan aclarar

-Eve...

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