♚Ꭼꮮ ꮮꭼꮐꭺꭰꮻ ꭰꭼ ꮜɴ Ꭺꮮᏼꭼꭱꮖꮯꮋ𓃠 [Genshin Impact]✿[Luckae] [✓]

🍹⁀➷𝔼𝕚𝕘𝕙𝕥𝕖𝕖𝕟🍹

—¡Dain, ya no aguanto, te lo suplico! —Se aferró al asiento, clavando fuertemente sus uñas en el terciopelo—. ¡Te lo suplico, déjame correrme, a-ah!

—Quiero que su cuerpo sea solo para mí, quiero probar su cuerpo en todo momento, quiero que sea absolutamente mío. —Dio una estocada profunda, haciendo que la cadera del joven se alzara y su trasero se tensara ante el último movimiento brusco que recibió. Se había corrido dentro de él, dando un grave gemido mientras escuchaba las súplicas y agudos gemidos por parte del peli-azul—. Mío. Sólo mío.

El líquido blanco salía del orificio anal del moreno, manchando sus testículos y muslos, ocasionando que sus piernas tiemblen.

Su cuerpo estaba siendo llenado, podía sentir su estómago llenarse del semen ajeno, todo su cuerpo temblaba, y el hecho de sentir como el más alto no dejaba de soltar el líquido blanquecino lo complicaba.

Ante la presión, Kaeya, sin ayuda alguna por parte del rubio, logró correrse de igual forma, manchando algunos escalones.
Sí, por más loco que suene, Dainsleif realmente gozaba que su pene tenga la atención requerida dentro de las paredes de carne que poseía el moreno, pero no reconsideró el darle placer al miembro del más bajo.
Al parecer, nuestro perfecto Dainsleif, también tenía sus equivocaciones, que aunque no fueran las gran cosa, al moreno le molestaban, aunque claro, jamás lo diría. No a él, no a su Dainsleif.

Así estuvo un rato, segundos que parecieron minutos, con el rubio saciando todos los días que estuvo de abstinencia.
Al sentir que su miembro estaba completamente satisfecho y relajado, el mayor salió del cuerpo del moreno, y al momento de sacar la punta de aquel anillo de carne rosadito que tenía su príncipe, su esfinter lanzó un chorro de semen.

El espadachín del crepúsculo rió al contemplar esa escena, el orificio anal de su futuro rey estaba palpitando al compás de los profundos suspiros que daba, sin contar toda la esencia que tenía dentro y fuera de aquel músculo en forma de anillo.

Entre suspiros y jadeos por parte de los dos exhaustos chicos, Dain se incorporó, apoyando su mano en una de sus rodillas para ejercer presión sobre esta y levantarse, para después comenzar a cambiarse como si nada, aún manteniendo una sonrisa boba en sus labios.

Kaeya, indignado, lo veía de reojo mientras el mayor seguía en lo suyo. Antes de ponerse sus prendas de abajo, tomó nuevamente su pedazo de carne y lo sacudió unas cuantas veces.

—Casi me matas, idiota —jadeó el moreno.

—Disculpe, mi señor. —Una vez que su ropa estuvo ajustada a su cuerpo, se colocó en cuclillas y dejó un casto beso en el glúteo derecho del peli-azul—. Lo extrañé.

—Sí, se nota.

—Mi príncipe, usted-.

—Sí, ajá. —No lo dejó terminar—. Déjame decirte que te excediste un poco mucho —vociferó de mala forma.

—Lo lamento.

Volvió a levantarse de la misma forma e intentó darle una mano al moreno para que no siga arrodillado a los pies de su propio trono.

Al ver por el rabillo del ojo la palma del rubio, cerró los puños con fuerza y apartó su mano con brusquedad, dándole un ligero golpe con sus nudillos.

—¡No necesito tu ayuda, puedo hacerlo yo solo!

—Kaeya, por favor, tu cuerpo...

—Mi cuerpo está bien, lo que me suceda no es de tu incumbencia. —A duras penas, y con ayuda del respaldo de su asiento, logró incorporarse, con las piernas tambaleándose y con todo su cuerpo temblando por culpa del orgasmo que tuvo el rubio dentro de él—. Recuerda tu lugar, Dainsleif, eres mi sirviente, no mi pareja.