Ella no recordaba una regla que le impidiese establecer una relación con una persona, pero Lyann era una niña en ese entonces y algo remotamente parecido a sentimientos íntimos por alguien era más que una idea bizarra para ella, sino que innecesaria. La Lyann de aquel tiempo vivía sabiendo que sus días estaban contados, por lo tanto, la palabra novio, compañero, pareja, amante, esposo y cualquier otro sinónimo no estaba dentro de su vocabulario.

Tampoco había sido algo que imaginó lograr a tener desde se libró de HYDRA. Lyann simplemente vivía, aceptaba las situaciones que se avecinaban y se adaptaba. Era así de sencillo.

Pero las cosas eran diferentes ahora.

Ahora, Lyann estaba descubriendo nuevas emociones que no creía capaz de sentir. Y el hecho era confuso, abrumador y emocionante.

Vivir era emocionante. Sentir era otra palabra para euforia. Lyann despertaba todas las mañanas eufóricamente emocionada por lo que el día le deparaba. Por saber cómo sería el día de hoy siendo la novia de Peter Parker.

El mero pensamiento le provocó aquella estúpida sonrisa que detestaba y adoraba al mismo tiempo.

La sonrisa no perduró, no obstante. Lyann había estado muy ocupada dentro de su cabeza como para sentir la inusual vibración que se apoderó de ella y su moto de no ser porque entonces sintió los oídos zumbarle.

Lyann miró por el espejo retrovisor. Nada. Sólo vio una calle con un tráfico pesado detrás de su motocicleta.

Pero sus oídos seguían zumbando y el cristal protector de la motocicleta continuaba vibrando. Así que dio un doble toque al cristal del casco y la pantalla interna se activó.

—Friday, escáner —ordenó con el ceño fruncido.

Escaneado —dijo la inteligencia artificial y Lyann vio cómo un triángulo rojo aparecía a quinientos metros sobre la tierra.

Una nave.

Es un jet, señorita Evans —informó Friday—. Un jet de tecnología wakandiana.

Lyann casi pierde el control de la moto.

—¿Qué? ¿Estás segura?

Positivo. Lleva unos diez minutos en total siguiéndole el rastro.

—¿Tengo una línea directa con la nave?

Sí, puedo conectarla con el piloto del jet... —Entonces, un ícono con el rostro de Tony apareció en pantalla. Una llamada.

—Esto debe ser bueno —masculló Lyann entre dientes y presionó el botón de teléfono en el comando de la motocicleta—. ¿Stark? ¿Por qué me está siguiendo una nave de Wakanda? ¿Qué oficios tiene el rey T'Challa conmigo?

Hola para ti también, demonio andante —contestó el científico multimillonario—. Esa nave vino a buscarte. Tienes hasta el lunes con ellos, después regresas conmigo. No me vas a dejar solo en las siete reuniones que tenemos ese día, ¿me oíste?

—Noup, resulta y acontece que me quedé en la parte de que me iré con ellos. ¿Te importaría elaborar un poco, hombre?

¿Y arruinar la sorpresa? Yo no soy Happy, gracias a Dios. —Antes de que Lyann pudiese replicar, Stark estaba hablando otra vez—: Estas son las coordenadas donde se van a encontrar. Estarás quedándote en Wakanda por el resto del fin de semana. Cancela tus planes con tu tío y desaparece de mi vista por setenta y dos horas, Evans. ¡Sayonara!

Y con eso, el Hombre de Hierro colgó la llamada.

Lyann suspiró.

—Friday, muéstrame la dirección —pidió—. Escríbele a mi tío y dile no estaré para almorzar con él este domingo. Avísale a Peter también. No creo que me permitan utilizar el celular allá.

[2] Banshee II | Spider-Man: Homecomingحيث تعيش القصص. اكتشف الآن