Capítulo 21

88 14 6
                                    

—¿Qué... qué has hecho?

Ivana se encontraba frente a Aleksey con rostro preocupado y ojos húmedos. "¿Qué he hecho?", pensó recíprocamente. ¡Lo había besado! Había sido algo que no había podido evitar. "¿Cómo podía luchar contra las hermosas palabras que lleva diciéndome continuamente?". Después de tantas emociones, Ivana se había dejado vencer ante ellas y había hecho lo que siempre había deseado hacer.

—No... no sé.

—¿Por qué me haces esto? —preguntó contrariado—. Soy el prometido de tu hermana.

—Lo... lo siento... No pretendí... Fue algo involuntario.

—No, no. Esto es mi culpa. No lo pude ver.

—No es tu culpa, Alyosha. Es mía. Me sentí feliz de que estábamos a salvo. No pensé claramente...

—Ivana, estás enamorada de mí —afirmó Aleksey sin un rastro de duda—. Había actitudes que no supe ver. Probablemente yo mismo las alenté.

No había nada qué decir ni qué hacer. Si hubiera sido más observador, se habría dado cuenta de lo que pasaba en Ivana sin que hubiera sido necesario llegar al beso.

—Y ahora que lo pienso bien, cuando estábamos en la posada durmiendo juntos, me dijiste... me dijiste...

—Te amo —confesó Ivana.

—No me merezco esto, Ivana.

—¿Me lo merezco yo, entonces?

¿Cómo podía decir algo así? ¿Tan feo había sido besarla? ¿Acaso ella no era digna de ser amada como lo era Yuliya? ¿No podía aspirar a que alguien sintiera algo más por ella que amistad? ¿Tan despreciable era estar a su lado? "Yo también necesito sentir que soy especial. Él me lo dijo. ¿Era mentira?".

—¿Merezco ver como mi vida se derrumba por mi culpa? ¿Cómo tú te vas a casar con mi hermana, rompiendo mi corazón? ¿Cómo ella desaparece mientras nosotros no sabemos si está viva o muerta? ¿No puedo ser yo, por una vez, la afortunada?

—Por supuesto que te mereces ser feliz, pero yo sigo siendo el prometido de Yuli. No puedo entenderlo, Ivana. No sólo me estás haciendo daño a mí, se lo estás haciendo a ella.

Los recuerdos explotaron en la cabeza de Ivana. Aquella noche en la que habían discutido. La víspera de su desaparición. No era felicidad lo que llenaba el comedor, de suelo de maderas húmedas y sucias, sino resentimiento y tristeza.

—¿Qué te pasa Iva? ¿No te alegras por mí? —preguntaba Yuliya mientras la contemplaba con sus hermosos ojos azules, ahora húmedos por la traición.

—Sí, sí me alegro.

—Entonces, ¿por qué me dices que no vas a ir a mi boda? Eres mi familia. Mi mejor amiga. ¡Te necesito allí!

—No puedo ir, porque no quiero que te cases con él —espetó arrepintiéndose de inmediato de haberlo dicho.

—¿Por... por qué? ¿Piensas que Alyosha pueda ser un hombre malo? Nunca te simpatizó. Me acuerdo...

—Estoy enamorada de él.

Aquella revelación había dejado fría a Yuli. Esta vez no pudo aguantar sus lágrimas prorrumpió en un llanto desconsolado. "Tenía que hacerlo. Tenía que decirle la verdad".

—¿Preferirías que yo no me casara con él para que tú sí lo hicieras? ¿Qué yo sufriera para que tu fueras feliz?

—No es así.

—Dime, ¿cómo es? Otra vez tienes que salir y quererlo todo para ti. Estaba muy equivocada en pensar que podía confiar en ti. Sigues siendo la misma niña egoísta de siempre.

The Red Steam RevolutionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora