-Oh, ya lo veo-dije sonriente al ver el Nissan que me había descrito-Te llamo al llegar.

Colgué y me acerqué al coche sin dejar de ver cada detalle del aeropuerto. Se veía increíblemente bien estructurado.

-¿Señorita Avery Alcott?

-La misma-respondí sonriente al chófer.

Abrió la puerta y agarró mi maleta para guiarla al maletero. Estaba ansiosa de llegar a mi nueva casa. Sí, nueva. Mi padre me había adquirido un piso cerca de mi universidad completamente para mí. Por lo que me había enseñado por fotos no era enorme, tampoco necesitaba que fuera gigante. Me conformaba con una habitación, un baño, un salón y una cocina; no necesitaba más. Supuestamente iba a estudiar allí, no a hacer una fiesta o algo similar.

-Aquí es, señorita.

-Muchas gracias.

Me paré en la acera con mi maleta, justo frente al edificio en el que viviría. Dos torres de tres pisos a cada lado y un ¿Agujero?en medio. No sabría explicarlo, simplemente había un hueco entre cada torre vacío, como si fueran dos edificios diferentes. Era una urbanización en donde muchos estudiantes de mi universidad residían, lo tenía claro en el momento en que abajo ponía: "residencia de estudiantes". Aquella calle era tranquila, no como las avenidas del centro; lugar donde vivía antes. Era una calle de dos carriles y aceras anchas con bancos y plantas. Llamé al timbre que ponía: "Conserje". Un chico en sus posibles treinta salió sonriente, al parecer a alguien le gustaba su trabajo. Hice una reverencia y agradecí que me abriera la puerta. Al entrar me encontré con un enorme pasillo de madera oscura y paredes azul claro. A la derecha había una cristalera que parecía dar a un jardín.

-Espera aquí un momento, joven.

El hombre se alejó por el pasillo y salió al jardín. Di unos pasos para poder ver bien qué había fuera. Era literalmente un rectángulo de unos 7x8 metros de bancos y plantas. Me imaginé el edificio en mi cabeza, dos rectángulos a cada lado y las casas alrededor. Unas darían hacia dentro y otras hacia fuera.

-¿Os gusta?

El hombre había vuelto con una regadera en su mano. Asentí sonriente.

-¿Es usted la señorita Alcott?

Se metió en una pequeña sala con cristalera. Se sentó agarrando unas hojas. Asentí viendo atenta lo que hacía. El chico era guapo, mucho.

-Es muy guapo, seguro tiene novia-dije sin pensar.

El conserje se sonrojó y asintió abriendo un cajón.

-Sí tengo, una bella castaña que trabaja en una floristería.

-Suena bonito-dije apoyándome en mi maleta.

-Lo es-dejó una carpeta y unas llaves frente a mí -Aquí tiene. Voy a explicarte la distribución del edificio y las normas.

Asentí aún sentada en mi maleta. Miré la llave, era un juego de tres llaves y una llavero color morado.

-Hay dos bloques, el morado y el azul. Cada uno tiene su rectángulo de plantas-dijo señalando el que había visto antes-Ese de ahí es el de los azules, el tuyo está al terminar el pasillo a la derecha.

Miré el pasillo y asentí.

-Hay tres plantas sin contar el bajo, la tuya es la segunda. En cada planta hay un baño, aunque en cada habitación tenéis uno.

Asentí lentamente, debía enterarme bien si no quería perderme como una idiota los primeros días.

-Me imagino que viste el edificio desde fuera. El hueco en medio se debe a las terrazas de las casas que dan para fuera en esa zona, para no chocarse directamente con los otros. Tienen vista a la piscina que está sobre nosotros ahora mismo.

Giants - JungkookWhere stories live. Discover now