Después de la cena, todos se fueron a sus respectivas habitaciones. Jungkook tomó una ducha, y al salir del cuarto de baño vistiendo solo unos cortos pantalones deportivos que dejaban su torso al descubierto, vio a Jimin recostado en su lado de la cama, absorto en la lectura de un libro. Maldijo en silencio por lo adorable que se veía con esos lentes que le daban un aire intelectual.
Siguiendo con su ardua tarea de ignorarlo, se sentó al borde de la cama, dándole la espalda. Jimin dejó su libro a un lado y lo observó con curiosidad.
—¿Seguirás enojado conmigo?— preguntó Jimin con voz suave, pero no recibió respuesta —Kook, vamos, háblame— pidió/ordenó con un tono entre suplicante y desafiante —¡Oye!— hizo un puchero que era imposible resistir, pero Jungkook solo se movió para comenzar a secar su cabello con la toalla.
Con una pequeña sonrisa traviesa, Jimin se movió de su sitio y se sentó sobre sus rodillas detrás del pelinegro, quitándole la toalla de las manos.
—¡Yo lo haré por ti!— dijo tiernamente, mientras comenzaba a secar el cabello mojado de Jungkook.
Jungkook no dijo ni hizo nada al respecto; simplemente suspiró y dejó que el menor se encargara de esa tarea.
—En verdad eres malhumorado— murmuró Jimin mientras continuaba con su labor —No fue para tanto; no es nada del otro mundo, Jeon. Por algo existen los trajes de baño. ¿Vas a hacer una campaña para prohibirlos?
Jeon Jungkook volteó hacia él y en un rápido movimiento lo aventó a la cama, posicionándose sobre su cuerpo y sosteniendo sus muñecas a cada lado de su cabeza con firmeza. Aquellos ojos oscuros lo observaron fijamente.
—Pudiste usar otro tipo de bañador, Park. ¡¿Era necesario usar ese?!— frunció el ceño Jungkook, claramente molesto —Vamos, ¡de todos los que seguramente tienes usaste el más provocativo solo para él!
—¿De qué hablas?— frunció el ceño Jimin como si no entendiera. —¿Para quién podría yo usar algo así?
—¡Sabes de quién hablo!
Jimin quería golpearlo por lo estúpido que era; ¿en verdad era tan lento para darse cuenta? Aún así, decidió jugar un poco.
—¡Me dijiste que debía seducirlo!— le recordó con picardía.
—¡No dije eso!— negó Jungkook de inmediato.
—¡Es lo que entendí!
—Park…
—No arrugues tu frente; te ves feo— dijo Jimin abultando sus labios en un gesto infantil —De verdad no entiendo; me dices que haga algo y luego te enojas conmigo. ¿No se supone que me ayudarías en esto? Hago el trabajo solo y eso no fue lo que acordamos, Jeon — acusó con desdén. —Además, no era para tanto; no exageres las cosas.
—¡¿Qué no exageres las cosas?!— rió Jungkook incrédulo —¡Dices que no fue para tanto cuando prácticamente te exhibiste frente a él! Maldición Park, hasta yo tenía ganas de…— calló de inmediato al darse cuenta de lo que estaba a punto de revelar. Jimin lo observó curioso.
—¿De qué?— preguntó en un bajo susurro Jimin.
Jungkook lo miró fijamente; estaba bajo su cuerpo luciendo tan delicado y tierno, esperando una respuesta ansiosamente. Fue allí cuando decidió dejarse llevar por el momento.
—De esto… — susurró Jungkook antes de inclinarse y besar con inesperada intensidad los labios del menor.
Jimin abrió los ojos sorprendido, pero luego los cerró, dejándose besar, dejándose degustar la boca como había estado esperando. Jungkook aprovechó sus labios entreabiertos para introducir la lengua, mordiendo y chupando esos labios rosados y esponjosos, dándose cuenta de que, en verdad, se había estado conteniendo mucho tiempo. Lentamente, el calor comenzó a invadir sus cuerpos. Jimin se removió inquieto, y Jungkook, liberando una mano, la deslizó por el cuerpo del menor hasta sus muslos, separando sus piernas para situarse entre ellas. Jimin rodeó su cuello con los brazos, atrayendo su rostro aún más cerca.
Cuando se separaron por falta de aire, se miraron a los ojos.
—Park…
— ¿Si?
— ¿Puedes enojarte conmigo mañana?
— ¿Por qué? — preguntó Jimin, confuso.
—Por lo que haré a continuación — sonrió Jungkook.
Sin aviso, Jungkook volvió a besar al menor, esta vez con más demanda. Jimin dejó escapar un gemido sorprendido que incitó a Jungkook, quien, sin esperar más, comenzó a mover sus caderas, frotando sus miembros.
—Ah~h… ¿qué a~h! haces? — Jimin se removió cuando los labios del mayor bajaron a su cuello. —Koo-Ahh… — intentó empujarlo por los hombros sin éxito.— Mostrándote lo "pequeño" que puedo llegar a ser Park — Jungkook empujó con fuerza sus caderas.
Jimin cerró los ojos, sintiendo cómo el calor de la habitación se intensificaba a su alrededor. Mordió su labio inferior, una acción involuntaria que delataba la mezcla de ansiedad y deseo que lo invadía. Lo que estaba experimentando no se sentía en absoluto pequeño; era como si todo su mundo se hubiera reducido a ese momento y a esa conexión. No podía creer que lo que había tomado con su mano por la tarde ahora lo consumiera de esta manera.
Jungkook, por su parte, no mostraba reparos. Continuó empujando su cuerpo contra el de Jimin, restregándose sin pudor alguno, una expresión de deseo desbordante en su rostro. Jimin enterró sus uñas en la piel desnuda de los hombros del menor, sintiendo cómo cada roce lo hacía retorcerse bajo ese cuerpo fornido y caliente. Debía admitirlo: se sentía bien, demasiado bien para su propio gusto.
—Ahh… eso es —murmuró Jungkook con una sonrisa ladeada, disfrutando del sufrimiento placentero que le causaba al mayor.
Animado por la respuesta del chico, Jimin comenzó a moverse contra él, perdiéndose en el ritmo que ambos creaban juntos. Jungkook lo observaba con intensidad mientras sus labios encontraban los de Jimin, devorando cada beso como si fuera el último. Era un juego peligroso y electrizante; nunca había imaginado que podría hacer algo así con otro hombre.
A medida que sus cuerpos se entrelazaban, Jungkook se dio cuenta de que estaba cuestionando todo lo que había creído sobre sí mismo. Desde que conoció a Park Jimin y lo besó por primera vez, algo había cambiado en él. Las dudas sobre su tan jurada heterosexualidad comenzaron a surgir; ¿podría considerarse bisexual? La idea le resultaba confusa y aterradora al mismo tiempo. Pero en ese instante, mientras Jimin lo miraba con esos ojos llenos de deseo y vulnerabilidad, todo lo demás parecía irrelevante. Solo quería seguir adelante, dejarse llevar por la corriente de sensaciones sin preocuparse por las etiquetas.
— Ah~h no pares — suplicó Jimin por lo bajo.
—No pensaba hacerlo— murmuró ronco Jungkook aumentando sus movimientos.
Una de sus manos apretó con algo de fuerza la desnuda piel del muslo del pelinaranja quien gimió, Jungkook deslizó está por debajo de la camiseta del menor dando suaves caricias mientras degustaba esos abultados e hinchados labios.
— Ah~h te golpeare luego de esto…lo juro — lo amenazó Jimin en un bajo susurro sobre los labios contrarios.
— Ambos sabemos que lo disfrutas Park — empujó una vez más Jungkook.
Fue tan rápido, tan deleitante para ambos que sin poder soportar más, se dejaron ir alcanzando su orgasmo.
— Maldición, tendré que tomar otra ducha — suspiró Jungkook echándose aún lado — ¡Ahh! —gimió adolorido cuando Jimin lo golpeó en el pecho con fuerza — ¡Peter!
— Jodete…— murmuró avergonzado dándole la espalda.
Se sentía usado, corrompido, abusado…se sentía como la mierda porque eso no solo le gustó, no solo se sintió bien. Quería más.
—Park…—lo llamó Jungkook, su voz llena de preocupación, pero Jimin se hundió aún más en su lugar, como si quisiera desaparecer entre las sábanas.
Jungkook se sintió como el carajo. Había actuado por calentura, sin pensar en las consecuencias. En un instante de pasión desenfrenada, había olvidado lo que realmente quería el menor. A pesar de que ambos parecieron disfrutar de aquel momento intenso, una punzada de culpa lo atravesó. Se dio cuenta de que no debió haber cruzado esa línea tan delicada.
—Lo siento, perdóname…—susurró Jungkook, su voz temblando con sinceridad— Juro que no lo haré de nuevo. Estaba enfadado y no sé qué me pasó; esto no era parte del trato. Lo siento mucho, Jimin, en verdad y—
—Cállate...—susurró Jimin en un tono apenas audible, casi como si hablara consigo mismo más que con Jungkook— Ya no hables, no lo menciones, ya no lo hagas...—suspiró profundamente, sintiendo cómo la tensión en el aire se hacía casi palpable.
—Park…
—Tengo… tengo sueño, Jeon —interrumpió Jimin, su voz cansada y apagada.
Jungkook se sintió impotente ante la respuesta del menor. La sinceridad en sus ojos le desgarraba el corazón —En verdad lo lamento…—murmuró Jungkook, deseando poder deshacer lo que había hecho.
ESTÁS LEYENDO
SOY TU CITA|• KOOKMIN
General FictionRealmente Jeon Jungkook jamás imagino que al llegar al lugar acordado, la persona que lo había contratado no era una linda chica como de costumbre, sino un adorable chico que no era lo que aparentaba. ________________________________________________...