xᴠɪɪɪ. sɪ, ᴀᴄᴇᴘᴛᴏ

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—Estoy hablando en serio —lo regañó colocando los ojos en blanco.

—No pongas los ojos en blanco —le dijo Engin para su sorpresa —No tienes que agradecernos por eso, eres familia, Eda y Alp también lo son —aseguró —Sabes que Piril se siente de la misma manera.

—Aún así, quería decirlo —respondió con una sonrisa —No suelo expresar lo que siento con demasiadas palabras, pero no quiere decir que no lo sienta.

Engin río —Lo sé, hermano —aseguró con altanería —Soy el mejor amigo que puedes tener.

Serkan negó con la cabeza riendo —Lo eres.

—Ahora hablemos de la razón de tu llamada antes de que comience a ponerme emocional —dijo Engin emocionado por sus amigos.

—Creo que tengo una idea —comentó Serkan mirando el anillo que tenía en su mano —¿Crees que me guste? —le pregunto comenzando a contarle su idea.

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—¿Vas a decirme a donde vamos? —le insistió Eda por quinta vez esa noche.

—Es una sorpresa, ya te lo dije —le respondió Serkan riendo —No seas impaciente, Eda Yildiz.

—Solo quiero saber —comento como una niña pequeña a la que le negaban sus dulces.

—Y yo ya te dije que era una sorpresa, si te digo, ya no sería una sorpresa.

—Pero lo es ahora, si me lo dices ahora sería una sorpresa —argumentó usando sus ojos de cachorro que sabía que Serkan no podía decirle que no.

Serkan suspiró y detuvo el coche a un lado del camino —Esta bien —le dijo girardose para mirarla directamente a los ojos.

—¿Esta bien? —preguntó Eda entusiasmada por haber logrado convencerlo con tanta facilidad —¿En serio?.

—Por supuesto que no —se burló sacando un pañuelo de su bolsillo para mostrárselo a Eda —Es una sorpresa, así que es momento de tapar tus ojos.

—¿Qué?, no —se negó Eda sorprendida.

—¿No? —murmuró Serkan alzando una ceja con diversión —Si no te tapas los ojos, no me moveré.

—Bien —respondió Eda como una niña pequeña —Entonces creo que pasaremos nuestra cita en medio de la carretera.

—Bien, si eso es lo que quieres —dijo Serkan reclinando su asiento para poder estirarse mejor.

—Si, eso es lo que quiero —replicó Eda con orgullo mirando por la ventana tratando de ignorarlo.

—Bien —murmuró Serkan cerrando los ojos con una sonrisa en su rostro.

—Bien —repitió Eda enojada con el hombre a su lado.

—Bien —repitió Serkan solo para irritarla.

Eda frunció el ceño y cruzó los brazos con molestia, miró al hombre a su lado con los ojos cerrados y suspiró, negándose a darle en el gusto.

—Serkan —murmuró un par de minutos más tarde sin poder seguir aguantando el silencio.

—Mi amor —susurró rozando su mejilla suavemente con su dedo cuando no recibió respuesta.

—Serkan —insistió subiendo el tono de voz sin lograr que le contestara —Eres un idiota —le dijo golpeando su hombro con un puño antes de girarse en su asiento dándole la espalda.

Serkan se río y la miró con una enorme sonrisa, por alguna razón que no comprendía, amaba hacerla enojar y verla actuar como un bebé gruñón.

—¿Si, mi amor? —le dijo mirándola.

ʟᴏsᴛ ɪɴ ʏᴏᴜʀ ᴍᴇᴍᴏʀʏ [ᴇᴅsᴇʀ] Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang