Un lugar para volver a casa

Capitulo 1 (hecho)

Volar siempre fue una experiencia emocionante para Fareeha. Por lo general, era por la adrenalina cuando se dirigía a la batalla; a veces era la pura alegría de surcar los cielos cuando practicaba maniobras de combate aéreo. Hoy, fue el miedo lo que hizo que su corazón latiera demasiado fuerte contra sus costillas, hizo que la respiración se le hiciera corta en el pecho.

--"Aguanta, Tariq."-- murmuró una vez más al hombre moribundo en sus brazos. Puso la fuerza y ​​su olor propio de un Alfa detrás de la orden, con la esperanza de que llegara a su sargento y lo obligara a obedecer, aunque era un humano normal y no le afectaba. --"Ya casi llegamos. Sólo espera."--

Él no pudo responderle, afortunadamente inconsciente. La explosión que lo dejó inconsciente también había arrancado un trozo de su armadura y había convertido su brazo izquierdo y su caja torácica en una hamburguesa. Era un milagro que hubiera sobrevivido, y las probabilidades de que llegara al hospital más cercano eran casi nulas, pero tenía que intentarlo. Tariq era su subordinado, su responsabilidad... y también era su familia , como lo era todo su equipo.

Llegó a la cima de una colina y el campo de refugiados quedó a la vista. Incluso desde aquí podía ver que las tiendas estaban sucias y harapientas, al igual que las personas que deambulaban apáticamente entre ellas, desplazadas de sus hogares por los mismos insurgentes Omnic que Helix le había enviado a destruir. Fareeha había llevado a cabo su misión, pero el precio de la vida de Tariq parecía demasiado alto.

El 'hospital' instalado en una de las tiendas más grandes probablemente era poco más que una enfermería de campaña, si es que eso era posible. Los refugiados obtuvieron lo último y lo mínimo de los recursos de cualquier país, incluidos los medicamentos. Pero era la ayuda médica más cercana en muchos kilómetros, y solo podía rezar para que al menos pudieran estabilizarlo el tiempo suficiente para que ella llamara a un transporte de evacuación.

Mientras volaba para aterrizar en el lugar marcado para helicópteros y naves de descenso, escuchó gritos de incredulidad desde abajo. La gente la miraba fijamente, señalando y protegiéndose los ojos. Fareeha los ignoró, toda su atención estaba en el sonido laborioso de la respiración de Tariq.

--"¡Médico!"-- Gritó con el volumen de órdenes de un oficial, poniendo de nuevo su fuerza Alfa en la orden. --"¡Necesito un médico! ¡Ahora!"-- Los refugiados se apiñaron alrededor, todavía boquiabiertos y señalando, pero ninguno de ellos llevaba el símbolo universal de la cruz roja.

--"¿Qué diablos está pasando aquí?"-- exigió una voz inquietantemente familiar.

Incrédula, segura de que debía estar alucinando por el pánico, Fareeha levantó la vista de Tariq y se encontró con los ojos que habían sido su definición del color 'azul' desde que Fareeha tenía doce años. El rostro que los enmarcaba había terminado de madurar desde la última vez que Fareeha la vio, pero aún tenía la piel de un color crema impecable y su cabello dorado no tenía ni una pizca de plata.

--"¿Ángel?"-- Fareeha exhaló, convencida de que esto no podía ser real. Sin embargo, cuando inhaló, captó el olor a caramelo azucarado que estaba arraigado en los sentidos de Fareeha incluso después de todos estos años. El aroma de un omega, pero no de un omega cualquiera.

Su omega.

---(Flashback)---

Era la tercera vez que Fareeha se colaba en el ala de investigación. No se suponía que ella estuviera aquí; era un área restringida. Pero la guapa becaria rubia no se había dado cuenta de que Fareeha estaba escondida en un rincón detrás de una mesa. A la chica, Ángela, le gustaba tararear para sí misma mientras trabajaba y, a veces, incluso cantaba. Su voz era tan hermosa como ella, pero su olor ... llamaba a Fareeha como un canto de sirena.