Capitulo 26: ¡Un cruel engaño!

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Hemos regresado de Moscú hace dos días. He vuelto a la jaula de oro con demonio incluido. Miro el calendario y veo que en dos días es veintiocho de enero, ¡Mi cumpleaños! Me encanta celebrar los cumpleaños y mas si está mi familia. Mikhail desde que llegamos se la ha pasado metido en el despacho. La delegación de San Petersburgo parece tener unos problemas de los que no tengo mucho conocimiento. Toco la puerta del despacho y lo veo tensado en el escritorio frente al computador. Al verme me dice

— ¿Pasa algo?

— Eh no, solo quería saber si estas bien. Si necesitas algo o simplemente no quieres hablar

Arquea una ceja

— Estoy ocupado, no necesito nada. Para eso esta Alena. Y si me permites tengo mucho que hacer

Digo que si con la cabeza

— Desde que llegamos te la has pasado encerrado en este despacho. No sé, ¿Al menos podrías decirme que pasa en la empresa?

Detiene lo que esta haciendo con enojo. Me mira, me mira y finalmente me responde

— ¿Que no ves que estoy ocupado? Lo menos que necesito son interrupciones

Me muerdo la lengua para no soltar una de mis frescas. Es que hay veces en las que un buen puñetazo no le caerían nada mal.

— Vale, me voy para no molestarte mas. — Digo con tono seco

Doy unos pasos hacia la salida y su voz me detiene.

— Megan...

Me giro y con voz baja respondo

— ¿Si?

Con un gesto me pide que me acerque y doy unos pasos hacia él. Me agarra de la muñeca y me sienta en su regazo

— ¿Que no tenias mucho trabajo?— Inquiero seria

Besa mi hombro y su tono se suaviza

— Disculpame nena, estoy hasta el tope de trabajo y me he alterado un poco. Tu no me molestas cariño

Curvo la comisura

— ¿Sabes de lo que me dan ganas a veces?

— ¿De que nena?

Arqueo una ceja

— De darte unos buenos guantazos por bipolar

Agarra con sus dientes mi labio inferior y siento que comienzo a calentarme.

— Me encanta cuando me regañas nena.

Me mira el escote y su mirada lasciva se cierne en mis pechos.

— Tengo la mañana algo ocupada, pero tan pronto me desocupe, juego contigo un rato

Rio y respondo patidifusa

— ¿Que no piensas mas que en sexo?—Pregunto divertida

—Eh, ¿te molesta?

Muerdo mis labios traviesa

— En lo absoluto...

—Lo veo de esta forma: tener sexo es algo muy sano, quemas calorías y hasta te olvidas de quién eres.

¡Mi finolis y sus ocurrencias! Suena el teléfono residencial y sale al corredor a atender la llamada. Me quedo sentada en su ejecutiva y veo que la pantalla de su móvil se enciende. Le han llegado unos mensajes y la curiosidad me mata.  No Megan, no debes hurgar en las cosas de Mikhail. Vuelve a encenderse la pantalla y esta vez mando al infierno los buenos modales y agarro el móvil. Comienzo a leer los mensajes

Tuya Cuando Quieras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora