Capítulo 15.

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¡Me encanta el texto! Ahora haré los cambios que pediste, sustituyendo los guiones bajos (__) por guiones largos (—). Aquí tienes el texto editado:

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Gracias al cielo, ese era el último día de clases. Jungkook se sentía radiante, una sonrisa iluminaba su rostro al saber que había logrado aprobar cada trabajo, destacándose una vez más como uno de los mejores estudiantes de su clase. Sus padres lo felicitaron a través de una videollamada, donde pudo saludar a Sunie, su hermana pequeña, quien lo miraba con admiración y emoción.

Mientras terminaba su trabajo en la piel de Nayeon, la chica que tenía a su mando, Jungkook sonrió pensando en lo que había preparado para Jimin. En verdad, quería enseñarle al menor cómo era estar en una relación con alguien. Era un poco absurdo considerando que él jamás había tenido una pareja por más de dos días. Sin embargo, pensó que podría aplicar lo que había aprendido observando las relaciones de sus amigos Taehyung y Seokjin; tal vez eso podría servirle para ayudar a Jimin.

Se le ocurrió un plan: ¿y si durante estas vacaciones actuaban como si las cosas comenzaran a ir mal entre ellos? Quizás eso podría empujar a Eun Woo a tomar la iniciativa y confesar sus sentimientos hacia Jimin. La idea le pareció brillante; después de todo, el amor a veces requiere un pequeño empujón.

— Eso podría funcionar, ¿no? — se preguntó en voz alta.

Media hora después, ya estaba terminando el tatuaje de la chica.

— Está increíble — exclamó Nayeon cuando Jungkook dio los últimos toques al tatuaje que adornaba su piel.

Jungkook sonrió de lado mientras limpiaba el área tatuada con cuidado y desechaba la aguja utilizada. Luego organizó sus tintas y limpió sus manos antes de aplicar una pomada humectante sobre el nuevo tatuaje con delicadeza, asegurándose de que todo estuviera perfecto.

— Ya sabes los pasos a seguir. Ten cuidado de no cometer los mismos errores que con el anterior, Nayeon

— Lo sé. — Ella rodó los ojos — Dijiste que no aplicara una crema hidratante cualquiera en los primeros días y lo hice. Me gané una infección horrible; no soy tan tonta como para cometer el mismo error dos veces, Jeon.

— Como tú digas— Jungkook rió suavemente ante su respuesta.

— Por cierto, estoy libre este fin de semana... y tengo unos lindos juegos que podríamos usar, ya sabes... — sugirió Nayeon con un guiño travieso.

Jungkook entendió perfectamente a qué "juegos" se refería. La verdad es que no había tenido tiempo para pensar en sexo; había estado completamente concentrado en sus estudios universitarios y cumpliendo con su horario en la tienda de tatuajes. Además, las salidas con Park y sus amigos eran frecuentes, y siempre estaba su hermano en casa junto con las insistentes llamadas de sus padres preguntando por él.

La realidad era que Jungkook no había tenido tiempo para el placer carnal… y vaya que lo necesitaba. Pero no era el momento adecuado.

— Me encantaría, pero tengo planes — rechazó la idea con amabilidad.

— ¿Planes? Tú jamás haces nada durante las vacaciones, Jeon — Nayeon lo miró incrédula.

— Ahora sí tengo — se encogió de hombros Jungkook — Saldré con unos amigos.

— En verdad lo siento; quizás a mi regreso podamos retomar esto. Estaría encantado de jugar contigo — dijo coqueto, dejando entrever una chispa de interés en sus ojos.

Nayeon sonrió y asintió con gusto.

— Eso espero, Kook.

[...]

Mientras hacía su maleta, miró de reojo al lindo pelirrojo, quien mantenía su vista fija en el techo de la habitación.

— ¿Qué con ese puchero? — preguntó Jungkook.

— Hoy un chico se acercó a mí en la universidad — dijo Jimin. Jungkook dejó lo que hacía para mirarlo fijamente.

— ¿Sí? — preguntó con una pequeña mueca.

— Mmm… él me dijo Te ves lindo hoy.

— ¿Y qué hiciste? — insistió en saber Jungkook.

— Le dije Lo sé, ya quisieras ser yo — suspiró Jimin.

Jungkook solo lo quedó viendo y mordió su labio inferior para no reír.

— Él me miró raro — continuó Jimin — Creo que se sintió cautivado con mi honestidad y por ello me invitó a salir, pero Hobi Hyung estaba allí, por lo que le dije Ya tengo dueño, lo siento y me fui.

— Eres increíble.

— Lo sé… aún así he estado pensando, ¿sabes? — Jimin miró al más alto a los pies de la cama — Nunca nadie se acercó así a mí, me sentí más lindo de lo que comúnmente soy — sonrió — Se sintió bien.

— Lindo — sonrió Jungkook sin poder evitarlo.

— En verdad dudo de tu heterosexualidad — apuntó Jimin desde la cama — Deja de decir esas cosas.

— ¿Por qué? — arqueó una ceja Jungkook.

— No es divertido.

— ¿Acaso te sonrojaste, Park? — sonrió de lado.

— Es por el calor, la temperatura está alta aquí y…

— Estamos en invierno y apagué la calefacción, no mientas, te sonrojaste — dijo divertido Jungkook.

— Ya quisieras — frunció el ceño Jimin.

Lo que no esperaba es que en menos de un segundo, Jeon Jungkook se encontraba encima de él; literalmente estaba sobre su cuerpo, entre sus piernas, con sus brazos a cada lado de su cabeza sosteniendo su peso y observándolo con esos grises ojos fijos en su persona.

Con una mezcla de temor y nervios, Jimin se removió inquieto.

— ¿Qué haces? — tartamudeó con un fuerte sonrojó en sus mejillas.

— Probando mi punto.

— ¿Y cuál es tu punto?— preguntó en un bajo susurro.

— Tú… y el hecho de que te sonrojas cuando estoy cerca de ti, Park Jimin — sonrió Jungkook.

Jimin iba a negarlo, pero el rostro del mayor se acercó hasta que sus narices rozaron y el aliento cálido de Jungkook golpeó sus labios.  Inevitablemente, relamió los suyos por puro reflejo; sus ojos, brillantes y ligeramente húmedos, se clavaron en los de Jungkook, quien parecía leerle el alma. No podía dejar que Jungkook ganara, así que se concentró en calmar su corazón desbocado y en ocultar la vergüenza y los nervios que lo inundaban.

Jungkook, por su parte, sonrió. Le resultaba adorable ver al menor luchando por controlar sus emociones ante su cercanía.  Admitía que le divertía avergonzarlo.

— Creo que te gustó — dijo Jungkook, su voz baja y ronca.

— Creo que yo te gustó — rebatió Jimin, su voz apenas un susurro desafiante.

Ambos se miraron, desafiantes, durante unos segundos tensos. Segundos en los que Jungkook estuvo a punto de mandar todo al carajo y besar esos labios rojizos de nuevo, si no fuera porque el timbre interrumpió el momento.

Jimin abrió los ojos de par en par, avergonzado, al igual que Jungkook, quien se apartó rápidamente, arregló su camisa y miró al pelirrojo.

— Yo… iré a ver quién es — murmuró, saliendo de la habitación.

No podía creer que estuvo a punto de besar a Park Jimin, el chico que había pagado por sus servicios. Iba a besarlo fuera del acuerdo.  Ellos solo tenían permitido esa intimidad si era necesario y solo frente a otros para hacer su relación más creíble.

Jeon Jungkook maldecía en silencio con cada paso que daba hacia la sala.  En ese momento, no había pensado bien, no había reaccionado, y su atención estaba completamente absorbida por esos labios y esos ojos azules, que lo miraban con un brillo extraño y atrayente que no pudo ignorar.

Aún se preguntaba qué tan heterosexual podía ser con alguien como Park Jimin, más aún cuando esa cosita adorable estaba en su cama usando una de sus sudaderas porque había manchado su camisa con mermelada al buscar algo de comer en su cocina. Ahora que lo pensaba, de verdad parecían una pareja real.

— Maldición… esto se me está saliendo de las manos — suspiró, abriendo la puerta y encontrando a Taehyung al otro lado. — ¿Qué pasa, Kim?

— Jimin me dijo que te trajera algo.

— ¿Eh?

— Toma, debo ir al baño. Comí un helado camino aquí y me cayó mal — dijo Taehyung, lanzando una caja a Jungkook y pasando de largo.

— ¿Qué es…?

— ¿Llegó? — sonrió Jimin desde las escaleras.

Jungkook asintió. Jimin bajó y tomó la caja.

SOY TU CITA|• KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora