xxx | y nos vemos otra vez, parte tres

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( xxx . AND WE MEET AGAIN , part three )

 AND WE MEET AGAIN , part three )

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LA SENSACIÓN DE CANSANCIO la recorría de pies a cabeza, todos sus músculos temblaban ahora que estaban en estado de relajación, en calma. Pero ella no estaba en calma. No después de todo lo que había pasado un par de horas atrás con Flama, o después de todo lo que había sucedido esa semana; Watts, Elisabeth, Jane, su padre... Las cosas ocultas que estaban en sus memorias y que de alguna manera, poco a poco, han ido revelándose en lo mínimo.

Los chicos de su pelotón y ella estaban cerca del campo traviesa que habían instalado los soldados antes de que Wright-Patterson abriera sus puertas. Algunos de ellos ─los menores─ alucinaba en voz alta sobre el pleito de Flama y Hawkeye y hacían tontas interpretaciones del mismo, mientras que los demás escuchaban, incluyendo a la rubia rusa ─quien comenzaba a hartarse─ y la pequeña soldado Cherry. Ellas dos eran la comidilla incluso de medio Campo Asilo, pues después de que se calmaron Estela se dió cuenta de que el campo de tiro no había sido solo reservado para el pelotón 12; otros dos pelotones también estaban presentes esperando su turno, sólo que distantes. Ellos se habían encargado de esparcir la noticia como fuego. Los chismes volaban como la ceniza en el aire. Todos escuchaban, y hablaban sobre la nueva sensación. Pero Estela era la excepción. Obvio, ella había sido una de las protagonistas. Tenía muchos dolores en su cara, brazos y torso que se lo recordaban y reprochaban al mismo tiempo. ¿Cómo pudo haber enfrentado a la mejor luchadora de su pelotón? ¡Por Dios! Admitía que estaba loquísima.

Pero, una vez más, no era solamente eso. Era todo. Todo en su mundo lo que trataba de ignorar un poquito más, pero el peso comenzaba a hacerse notar incluso peor con el paso del tiempo.

Su cuerpo tirado sobre el césped mal cortado del patio no quería moverse, le aruñaba la espalda. Sus ojos estaban abiertos con vista al llano cielo despejado. Parpadeaba, pero no los llegaba a cerrar completamente, no porque fuera inmune a los rayos del sol, sino porque no quería que pensamientos arremolinaran su mente.

Pero fue inevitable.

Pensó en Jules y Jin. Después de tanto tiempo en él no lo había hecho. El recuerdo de sus amigos comenzaba a hacerse lejano. Se sentía culpable. Ya no recordaba la última vez que los había visto con claridad. Allí en el gimnasio de su escuela, el de ojos achinados cuidando de la muchacha con cabellos pelirrojos, dormida en su regazo, tranquila, en  paz.

Pensó en Jane. Y las lágrimas de inmediato comenzaron a arremolinarse en sus ojos. Le preguntó miles de veces más a dónde se había ido, y maldijo una y otra vez su promesa. Estela, Estrella, Starr, la Estrella de la Mañana que una vez había sido luego de tanto tiempo comenzaba a volver a apagarse. Pero ¿por qué ahora? La respuesta salía a a la luz por sí sola: luego de haber tenido ganas de asesinar a Flama, como si nada más valiera la pena, por un "bien mayor", ya todo comenzaba a ser más confuso. Era como si alguien hubiera presionado un botón rojo que asesinaba a la Estela humana, y ese hueco trajera consigo a la Estela Vacía. Así que, allí más que nunca era cuando necesitaba a Jane, pues ella era la única que sabía cuándo pedía silenciosamente un consuelo.

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