Estrellas hechas de cristal.

Primer acto

Primer acto

Do you feel like you're second-hand?
Do you feel you're afraid to stand alone?
Cut away every safety net
Live your life so you won't regret the road

¿Sientes que eres de segunda mano?
¿Sientes miedo de estar solo?
Corta cada red de seguridad
Vive tu vida y no te arrepientas del camino

— Lindsay Starling Ft. Dia Frampton (We Are Giants)

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Izuku despertó despacio, respiró el aire caluroso de la mañana.

Había vuelto a soñar con ese espectáculo en el que vio por primera vez a All Might.

Se sonrió, incorporándose lentamente. La luz de la mañana se colaba por la ventana abierta frente a su cama, debían ser las siete y media, el sol jamás llegaba tarde.

Hacía mucho tiempo que no soñaba recuerdos, hacía mucho tiempo que no soñaba en general.

Pensar en Etrail lo ponía triste y nostálgico, eran demasiadas cosas.

Como todas las mañanas, empezó su rutina para antes de ir al trabajo, sus compañeros de piso seguramente ya se habrían adelantado a bajar a la biblioteca. Comenzó por recorrer su recámara desordenada, libros y papeles tirados y apilados en todas partes, en un desastre al que solo él podría acceder, era el único que entendía su propio sistema. La madera bajo sus pies rechinaba al tiempo que iba hasta al baño a rellenar la regadera que mantenía fuera y dar de beber a sus plantas.

Una a una, macetero por macetero, su madre siempre decía que él tenía un talento especial con las plantas. Extrañaba a su madre. Extrañaba Etrail. Extrañaba a Kacchan.

Ese primer espectáculo de Yuuei estaba tatuado en su memoria con sangre, no recordaba haber sido tan feliz como aquel día. Después de esa actuación, Izuku no podía esperar para que su quirk se manifestara y así entrenar al lado de su mejor amigo/crush de la infancia para ser las siguientes estrellas de Yuuei.

Su quirk nunca se manifestó.

Kacchan se mudó unos meses después, no había vuelto a saber de él en años, al menos no personalmente.

Unos años antes, encontró un afiche de la nueva puesta en escena de Yuuei, la primera obra desde que Toshinori Yagi aka All Might, se retirara de los escenarios. En el afiche, estaba la fotografía de las nuevas estrellas del escenario Yuuei.

Una muchacha castaña de ojos pardos y fieros, una de las herederas de la familia de actores y actrices más famosa de todos, los Yaoyorozu.

Y el segundo, claro, Katsuki Bakugo.

Cuando Inko Midoriya murió después de que Izuku cumpliera los trece años a causa de un accidente en su trabajo, el pequeño huérfano estuvo tentado a enviar una carta a los Bakugo, seguramente no se negarían a recibirlo.

Pero se abstuvo, él era un pequeño huérfano sin quirk, un completo inútil que solamente tenía cabida en los campos de hidroponía por el resto de la eternidad.

Al menos tenía sus cuadernos, en donde inventaba grandiosas historias de fantasía, imaginando que algún día podrían ser la siguiente puesta en escena de algún circo.

No duró demasiado tiempo en los campos, a pesar de que su pequeño don en la jardinería era muy bien apreciado por su jefe. Izuku Midoriya quería más, mucho más. Así que, con quince años y un poco de dinero, se montó en el primer tren aéreo que lo llevó directito a la metrópoli más grande.