Siempre he sido tuya.

-Trenta y Tres.

Continuación del día 32 , Regresó al pueblo, eligiendo a Mateo.

Mateo

Estaba escrito en nuestra historia que si alguien debía morir, era yo por ti y no tu por mi.

¿Cómo le digo a mi corazón que me has elegido? ha llorado demasiado para poder aceptarlo, sin embargo estas aqui conmigo acurrucada entre lágrimas diciendo repetidamente "Te elijo a ti mi amor" quisiera plasmar este momento en mi cabeza el resto de mi vida y publicarlo en todos los diarios del mundo, que haz elegido volver a construir una historia de amor a mi lado y ese "hasta que la muerte nos separe, sea contigo"

Llueve, el mundo se cae a pedazos porque volvemos a estar juntos después de ocho años con una historia que nadie creería volver a contar.

—Te amo Mateo, te amo. —Dijo con lágrimas en los ojos acariciándome el rostro.

Bajaría la luna por ti mi amor una y mil veces.

Nos devoramos con la mirada y luego con la boca pensando que esto iba a generar una guerra que juntos podriamos ganar.

La lluvia no opacó el momento y mucho menos la tormenta, solo hizo que nos hiciera entender que tuvo que caerse el mundo para que volvamos a estar juntos.

—Vamos adentro. —indicó levantándome del suelo.

Ambos empapados.

Ingresamos al establo, vamos al cuarto donde hay frazadas, herramientas, y no hace tanto frío para poder sobrellevar este momento.

—¿Justo aquí? —me abraza apoyándose sobre mi pecho unos segundos y se pone de espalda— Sacame esa porquería de vestido por favor.

Beso su cuello por detrás. Cierra sus hermosos ojos celestes.

—Tan blanco y abotonado por detrás como hace muchos años.

Acaricio sus brazos, regresó a besar su cuello y desprendió despacito cada botón de su vestido blanco.

Su vestido blanco cae por la gravedad y queda en ropa interior con un encaje color piel para mi. Gira su rostro y me mira fijamente.

—Perdoname, perdoname, por no decírtelo antes, por no confiar en ti Mateo no te merezco.

Toco su mejilla mirándola fijamente y continua hablando.

—Por hacerte sufrir, por tardar en darme cuenta que tu eres el único amor de mi vida.

Cierro mis ojos.

Se acerca a mi oído y murmura.

—Te amo Mateo.

—He soñado con este momento por varios años y estos ultimos dias —contesto volviéndola a mirar.

Me rindo en sus besos y esa caricia que me regala mientras me besa con sus manos.

Mi ropa mojada comienza a desaparecer mientras nos rendimos al suelo con las brazadas que huelen a un poco de humedad pero es lo que menos importa.

La historia parece volver a repetirse aquí, en este mismo lugar donde dos jóvenes se rindieron al amor como la primera vez.

Su cabello mojado la hace ver mas bonita como todo su maquillaje corrido en su rostro. Somos dos personas desesperadas, hambrientas que saben que deben enfrentar una batalla y le queda poco tiempo para estar juntos.

Me tiro sobre ella y acaricio su suave piel, blanca, y me enamoro de ese lunar izquierdo una vez más, nos contemplamos con amor mutuo construyendo una nueva historia de amor juntos, si "juntos" mi palabra favorita si debo hablar de ella.