Ig de la artista: @iam.sung.sammy
Habiéndose sentado en el sofá con el fantasma arrodillado a sus pies, Jaemin respiró hondo, sosteniendo las creencias que se derrumbaban a su alrededor. Jeno acercó sus manos a las de Jaemin, pero se detuvo a centímetros de ellas, como si una fuerza invisible los mantuviese apartados.
-Tienes que entenderlo, muñeco- le dije, arrollando la tela de sus pantalones. -No puedes imaginar cuanto odio esa religión que nos ha hecho creer que las partes rotas en nosotros están muertas. Una absoluta mierda. Si duele es porque vive. Y, Jaemin, juro que en algún punto comencé a creer que solo la muerte podía resolver el dolor.
Jaemin llevó los pies sobre el sofá y escondió el rostro entre sus rodillas.
-Tú piensas diferente a mí. Lo veo en tus ojos, siempre dispuesto a pelear... nadie jamás estuvo dispuesto a pelear por mí, conmigo.
-Vamos a parar- susurró Jaemin-, dame un segundo, por favor.
-Fuiste mi primera vez, yo fui lo mismo para ti, aunque de maneras distintas.
-Detente...
-Te dije diviértete, vive, porque siempre ha habitado en mí un deseo de tomar tu mano y seguirte a donde tus alas nos llevasen.
Jaemin sollozó, arrastró los dedos por su rostro y se arañó el cuello como si pudiese abrirle paso al oxígeno.
-Entonces cortaste la cuerda, caí al suelo. Y mis alas estaban demasiado arrancadas de mi espalda para alzar vuelo por mi cuenta.
Jaemin le miró, los ojos enrojecidos y la nariz arrugada. El dolor se derramó encima de sus piernas, sobre el sofá, llegó a la alfombra y tocó a Jeno. Fue un desastre.
-Me abandonaste. -gruñó, poniéndose de pie y alejándose del fantasma que parecía criar raíces a su alrededor, siempre sujetándolo y convirtiendo los sentimientos de Jaemin en una herida expuesta. Apoyó la frente contra el cristal de la ventana y miró el exterior, a la nieve que caía y al lago congelado que se veía tan frágil como él se sentía. - Me dejaste solo.
Era el dolor hablando. Y se sentía horrible por decir esas palabras. Porque provenían de una pequeña aparte suya, tan egoísta e infantil como siempre. Pero quería decirlas, aunque ya lo hubiese hecho un día de verano, cuando se encontró caminando entre las parcelas del cementerio, arrojando el collar con la bonita mariposa azul sobre el césped recién cortado. Ese día había sido despertado por un sueño terrible, uno muy parecido a esta realidad. Lloró justo como lloraba ahora, se agachó en mitad de un cementerio y buscó con desespero el collar, temeroso de haberlo perdido para siempre.
El fantasma se movió a su espalda.
-Soltaste mi mano primero.
Jaemin volteó.
-¡No te atrevas! - dijo, sosteniendo el mismo collar, las puntas de la mariposa lastimaron su piel. -¡Estábamos rotos... necesitaba sanar!... Estábamos rotos, Jeno.
-Tu estabas roto, yo estaba desecho, deshilachado hasta la raíz.
-¡Iba a volver, siempre volvería a ti! - respiró de prisa, el grito quebrandose al final.
Odiaba que Jeno permaneciese tan sereno en este momento, como si a pesar de que era él quien había avanzando en los años, seguía siendo el niño entre los dos, él que menos había vivido. Fue horrible e injusto pensar así.
Y Jeno no cayó en sus redes.
-Si estás esperando que me disculpe contigo por lo que hice, olvídalo. Era mi lucha, tu tenías la tuya. Y jamás te culpé por irte esa noche, tienes razón, necesitabas sanar y a mi lado estabas terminando contigo mismo.

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Save tonight
FanfictionÉl lleva una pequeña mariposa azul en su cuerpo y usa una camisa a cuadros para dormir en las noches de tormenta. Vive con su novio, a quien ama. Pero... siempre extrañará el fantasma del primer amor. Si pudieses tener una noche... tan solo una noc...