Capítulo 12

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— Sí — asintió Taehyung, bebiendo un largo trago de su cerveza.  Sus mejillas estaban sonrojadas, y su habla se volvía cada vez más incoherente. — Shoy amigo de Kook desde hace años, nacimos al mismo tempo y a la misma hora, vivíamos uno al lado del otro y nos conochimos cuando le rompi su juguete de Ironman y lo llene de mocos, estábamo destinados a ser amigosh.  ¡Destino, amigos!

— Le regalé un caramelo por obligación cuando teníamos cinco y desde ese día me siguió para toda la vida — mencionó Jungkook, con una mezcla de diversión y resignación en su voz.

— Por eso eres egoísta ahora — asintió Jimin, comprendiendo la extraña dinámica de la amistad entre Jungkook y Taehyung.

— No te daré más cerveza, no eres de buen beber, no insistas Park — negó Jungkook, firme en su decisión. No conseguiría nada de él.

— Entonces ¿si supiste de su relación con Jimin? — preguntó Wheein, curiosa, dirigiendo su mirada hacia Taehyung.

— Shi… — sonrió Taehyung, con una sonrisa amplia y un poco tonta. Sus ojos estaban brillando con una mezcla de alegría y borrachera.

Jungkook solo miró a Seokjin con la esperanza de que callara a su novio. Taehyung había bebido demasiado, y temía que comenzara a soltar verdades que prefería mantener ocultas.

— Tae, creo que estás muy borracho y deberías…— comenzó Seokjin, intentando intervenir con suavidad.

— Jungkook es novio de Jirbin — lo interrumpió Taehyung, con una claridad sorprendente para su estado.

— Eso ya lo sabemos — rió Namjoon, divertido por la situación.

— ¿Ah sí? — lo observó Taehyung, algo confuso, su mente ya demasiado nublada por el alcohol para procesar la información.

— Sí y — intentó explicar Namjoon nuevamente, pero fue interrumpido una vez más.

— Pero…hay algo que no chabes — sonrió Taehyung, con una sonrisa maliciosa y traviesa — Jungkooka…— su voz se volvió un susurro, apenas audible.

— Taehyung — murmuró Seokjin, con un tono de advertencia, intentando controlar la situación antes de que se fuera de las manos.

— ¿Puedo ahorcarlo? — preguntó Jimin en susurros, con un pequeño puchero en sus labios y una mirada acusadora dirigida a Jungkook.

— No si yo te gano — murmuró Jungkook.

— Koo se cago en los pantalonesh cuando íbamos a quinto — dijo finalmente Taehyung, soltando la bomba que había estado guardando durante toda la noche. La revelación, aunque absurda, fue recibida con risas y expresiones de sorpresa por parte de los presentes.

— ¿Qué? — rió Wheein, tomando un sorbo de su cerveza, la sorpresa evidente en su rostro.

— Eso no es tan grave — sonrió Eun Woo, con una calma que contrastaba con la creciente incomodidad de Jungkook.

— De secundaria — finalizó Taehyung, para la vergüenza absoluta del pelinegro y la sorpresa de todos los presentes.  La revelación, inesperada y humillante, colgaba en el aire como una nube oscura.

— ¡Taehyung! — Jungkook se puso de pie, completamente avergonzado, su rostro ardiendo de color. — ¡Maldición Seokjin, dile algo! — pidió al novio del castaño, con un tono de súplica desesperada.

— ¿Ahora me tratas bien pendejo? — lo ignoró Seokjin, con una sonrisa burlona.  Parecía disfrutar del espectáculo.

— En verdad te cagaste en quinto año de secundaria Jeon? — preguntó Namjoon, su voz llena de incredulidad.

— Maldición… sí, lo hice ¿y qué? — los miró mal Jungkook, su orgullo herido. — A cualquiera le puede pasar, más aún si tienes a un estúpido como amigo que para el día de los inocentes agregó laxantes a tu bebida energética solo porque le pareció divertido.

— ¿Llegaste a tanto Taehyung? — rió Hoseok, sin poder contenerse. La imagen era demasiado cómica para resistirse.

— Fui yo — levantó su mano sin descaro alguno Seokjin, con una sonrisa inocente — En mi defensa, me dijo que el rosa era de nenas…

— Jeon, como pudiste — negó Jimin, mirando con reproche al pelinegro.

— ¡No me digas que consideras eso como una buena razón! — se quejó Jungkook, su voz llena de frustración.

— ¿Qué te hizo el color rosa? — negó Yoongi, con una expresión divertida.

Jungkook se sintió impotente, rodeado por la risa y las burlas de sus amigos.  El único que le brindó apoyo fue Eun Woo, quien le sonrió con comprensión mientras le palmeaba la espalda con una mano tranquilizadora.

— Estoy vendiendo estrellas — mencionó Taehyung, con la voz apenas un susurro, al tiempo que se dejaba caer pesadamente sobre Seokjin, quien lo sostuvo con un suspiro resignado.

— No debí dejar que bebieras tanto — murmuró por lo bajo Jungkook, con un tono de arrepentimiento.

— ¿Por qué? — quiso saber Yoongi, su curiosidad despertada por el comentario de Jungkook.

— Mejor no preguntes — negó Jungkook, sabiendo que la explicación involucraría una serie de eventos aún más embarazosos que el incidente de la secundaria. 

SOY TU CITA|• KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora