32. Ojo blanco

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Era sumamente intrigante el ver a esa cantidad de hylianos en un solo lugar. Me recordaba un poco al día que salí de prisión y me recibieron con un tumulto similar, pero esta vez era diferente. Todos en armonía, contentos mientras subían por las escalinatas exteriores altamente decoradas, y caminaban hacia los grandes portones del Templo del tiempo. Esa mañana se oían las múltiples voces de los asistentes, y los grandes toques de una campana a lo alto del templo.

Mientras todos seguían su paso hacia el templo, Apaya y yo nos encontrábamos dando un paso más lento, contemplando esa curiosa escena, con los rayos del sol bañando el edificio y los verdes árboles perfectamente colocados alrededor. Yo iba con una túnica sencilla, y Apaya con ropa parecida a sus antiguas vestiduras Sheikah.

—Bien... Explícame de nuevo todo eso del día santo. —le pedí a Apaya a medida que avanzábamos.

—Ay, Link. —exclamó Apaya con una sonrisa avergonzada. —Las diosas tardaron seis días en crear la tierra de Hyrule, y se dice que el séptimo día lo tomaron como descanso, y cuando finalizó el día...

—Crearon el "poder dorado". Eso sí lo recuerdo. —terminé su oración.

—Sí. —dijo riendo un poco. —Y eso por eso que este día es cuando vienen a orar frente a la efigie de la Diosa.

Terminamos de subir la escalinata, y estábamos a unos metros de los portones. Aún había bastante gente haciendo fila para entrar de manera ordenada. Me era curioso ver que había toda clase de hylianos en la cola, algunos con el símbolo del G.U.H. en sus vestiduras, otros con el símbolo de la familia real, o directamente reclutas Sheikah con todo y uniforme.

De pronto miré a Apaya, parecía algo mareada por su expresión en su rostro, y el que tuviera que apoyar una mano en el barandal de la escalinata solo me ponía más alerta.

—Ey, ¿estás bien? —pregunté preocupado y sujetándola de los brazos.

Ella tomó aire y luego me miró ya más tranquila.

—Sí, no te preocupes. —me dijo sonriendo. —Fueron muchas escaleras, es todo.

—¿Segura? —insistí.

—Sí, tranquilo. —me dijo con confianza, y tomándome de mi mejilla.

No pude hacer otra cosa más que sonreírle, y por ende, aceptar sus palabras. Me preocupaba el hecho de que ya podía notar una muy leve curvatura en su vientre por el embarazo. Aunque claro, en parte la paranoia era mía por saberme su cuerpo de memoria. Confiaba en sus capacidades.

—¿Entonces tú no vienes cada semana al templo, Apaya? —le pregunté por lo bajo.

Ella miró al suelo un momento y luego se puso una mano en su cadera.

—Hylia nunca especificó que debíamos ir a un lugar concreto para adorarle este día. —me dijo pensativa. —Y de hecho, se supone que mi abuela lo sabe... —dijo algo molesta.

—¿Crees que hay un motivo detrás? —pregunté extrañado.

—No solo lo creo, sé cuál es. —me dijo convencida. —Ya lo verás cuando entremos.

—Claro.

Una vez dicho esto, hicimos cola dentro de la fila. Para ese momento ya faltaban pocos por entrar, así que realmente casi no esperamos mucho. Pero entonces, una chica en la entrada se nos quedó viendo. Y yo la reconocí al instante, era Dania, una chica Sheikah que trabajaba en la sastrería de Kakariko; solo que ahora vestía ropas un poco más ceremoniosas. Un vestido largo de color azul, y con toques rojos formando el símbolo Sheikah. Ella estaba repartiendo epístolas breves en la entrada.

Recuerdo de un Reino [#2] - Link x Apaya - TLOZ Breath Of The Wild +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora