Capítulo 7

28.1K 3.5K 373
                                    

Cuando llegaron, fue complicado para Jungkook convencer al rubio de bajar de su coche. Jimin se había aferrado al cinturón de seguridad con una determinación que sorprendía. Jungkook tuvo que usar todos sus encantos durante veinte minutos, prometiéndole que todo saldría bien y ofreciéndole su chaqueta como un gesto de apoyo. Solo así logró que Jimin finalmente soltara el cinturón y bajara del vehículo, luciendo una linda sonrisa que iluminó su rostro.

—¿Te sientes satisfecho?— preguntó Jungkook antes de entrar, elevando la voz para hacerse escuchar por encima del estruendo de la música que vibraba en el aire.

Jimin lo observó por un momento, su mirada reflejando una mezcla de nerviosismo y emoción, y asintió con la cabeza.

—Me alegra—sonrió Jungkook, sintiendo que había logrado un pequeño triunfo.

Sin embargo, Jimin no tuvo tiempo de protestar cuando, al ingresar al bullicioso lugar, Jungkook le arrebató su chaqueta con un movimiento rápido y juguetón. Jamás en su vida se había sentido tan expuesto y vulnerable; el aire frío le erizó la piel.

Varios ojos se posaron sobre ellos, algunos con sorpresa, otros llenos de intriga. Park Jimin sabía exactamente las razones detrás de esas miradas curiosas:

1. Todos los que lo conocían jamás lo habían visto vestirse de esa forma tan atrevida; el atuendo resaltaba cada curva de su figura.
2. Nadie esperaba verlo acompañado; era conocido por ser más bien reservado.
3. Su supuesto acompañante lo tomaba de la cintura frente a todos, guiando sus pasos con confianza.

—Me estás tocando—murmullo Jimin, sintiendo cómo el calor subía a sus mejillas.

—No me digas—respondió Jungkook con una sonrisa traviesa, disfrutando del momento.

—Me siento expuesto y el hecho de que me toques es incómodo—dijo Jimin, intentando mantener la compostura mientras su corazón latía rápidamente.

—Mira, Hoseok—sonrió Jungkook levantando su mano hacia el pelirrojo que se acercó a ellos casi instantáneamente; había demasiada gente en el lugar y la atmósfera era eléctrica.

—¡Kook!—saludó Hoseok con entusiasmo—¿Y Jimin?

—Estoy aquí—respondió el rubio con una voz temblorosa.

Fue en ese instante cuando los ojos chispeantes de su mejor amigo se encontraron con los suyos y Hoseok no pudo contenerse.

—¡¿Qué te hicieron mí bolita de ternura?!—exclamó Hoseok acunando las mejillas del menor con cariño desbordante—Dime que bebiste ¡¿qué pasó?!

Jimin hizo un gran puchero, sintiéndose abrumado pero feliz por la atención.

—¡Hobi!—lloriqueó abrazando a Hoseok con fuerza.

—Mierda y más mierda Park, te ves increíble—dijo Yoongi al acercarse junto a Namjoon, quien silbó como si estuviera impresionado por la transformación del rubio.

Después de unos minutos llenos de risas y música vibrante, todos disfrutaron de la fiesta. Jimin comenzó a dejar atrás su incomodidad gracias a los abrazos cálidos y los mimos constantes de Hoseok. Poco a poco, empezó a darle menos importancia a su apariencia y se permitió disfrutar verdaderamente con sus amigos. Jungkook sonrió al ver esto; eso era exactamente lo que quería lograr: que el menor ganara más seguridad en sí mismo. Aunque Jimin siempre decía que se consideraba hermoso, Jungkook notó cómo este solía mirarse mucho en los espejos, siempre fijándose en cada detalle de su apariencia. No era complicado darse cuenta de que tenía pequeñas inseguridades escondidas tras esa fachada brillante.

[...]

La noche continuó y, en todo ese momento, el Pelinegro notó algo extraño nuevamente con respecto a ese chico, Eun Woo. El peli marrón miraba mucho al rubio, le sonreía y solo le prestaba atención a sus palabras. Por otro lado, Jimin también lo hacía, su mirada se perdía en los ojos del rubio cada vez que este hablaba.

SOY TU CITA|• KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora