El perdon no es facil de conseguir... [EDITADO]

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Su voz se habia convertido en un suave murmullo,  pero aun podia entenderlo. Se formo un nudo en mi pecho, porque entendia el tono que habia usado al hablar. El estaba diciéndome algo que no queria escuchar, porque seria revivir el dolor mas grande que jamas podria sentir. Y al vivirlo habia logrado borrar mi mente, como si alguien hubiera formateado mi cerebro. Y temia que sucediera nuevamente.

-No quiero... de verdad... -no sabia porque me dejaba ver débil. Por que le dejaba saber que no podria soportarlo...

-Tranquila... -dijo y senti como un sutil calor, tan sutil como el aleteo de una mariposa, se posaba en mi mejilla. Pero no llego a tocarla, intuí que creyó que acariciarme no seria una brillante idea. -Quiero que escuches lo que jamas te he contado. Quiero que escuches la verdad.

Suspire. Una parte de mi se abria paso entre el miedo, el dolor y el rencor. Queria escucharlo, pues de alguna manera, lo necesitaba. El tenia razon, queria entenderlo. Queria al menos poder saber que fue lo que hizo que destrozara lo mas importante que tenia.

-¿Recuerdas aquel dia, en la reserva? Mejor dicho, aquella noche. La noche en la que te hable por primera vez de mi... de mis padres.

-Si.

Lo recordaba distante, pero lo hacia. Me habia contado como habia perdido a sus padres, uno a causa de una enfermedad y al otro por tristeza. Me habia relatado como se habia quedado solo y como habia llegado a la casa de "sus primos". 

-Bueno, creo que te daras cuenta que hay cosas alli que no te he dicho. Como que tenia una hermana, una hermana con la que nunca logre llevarme bien. A la que nunca fui capaz de querer realmente. Por eso nunca llore su muerte y tampoco pienso hacerlo. La verdad es que... Si, mi padre enfermo gravemente cuando era niño, y mi madre hizo lo que pudo para ayudarle. Yo veia como ella sufria en silencio y soportaba todo por nosotros. Los medicos ya le habian dicho que no habia nada que hacer, que solo quedaba esperar el final. Ella no quiso decírnoslo, a mi y a mi hermana, por miedo a que no pudieramos soportarlo, pero yo habia escuchado a escondidas. Senti que mi mundo se hacia pequeño y oscuro, me senti indefenso ante la vida. Debia intentar algo, lo que fuese. 

>>Fue entonces cuando hable con mi hermana. Siempre nos habiamos llevado mal, era mas que simple discordia entre hermanos, ella parecia aborrecerme de verdad. Pasaba mucho tiempo en casa de mis tios, lo cual no era muy bien visto por mis padres, pues mi madre llevaba peleada con su propia hermana durante añares. No se hablaban y ella tenia una muy mala opinion de su pariente. Pero cada vez que le preguntabamos por qué, ella simplemente decia "cosa de adultos". Cuando le hable a mi hermana sobre lo que habia escuchado de nuestro padre, ella me dijo que era momento de mostrarme algo. Algo que podia salvar a nuestro progenitor. Me llevo a casa de mis tios y alli me dieron una introducción de lo que eran los druidas oscuros. Claro que obviaron la palabra "oscuro". Me dijeron que ellos manejaban la naturaleza como nadie y que alli, en ella, podria encontrar la solucion al problema de mi padre. Pero que debia ser cauteloso y no contarle a nadie sobre esto. Era de vital importancia. Me mostraron una poción, debia conseguir los ingredientes, debia prepararla yo mismo, pues era la unica manera de que funcionara, me habian dicho. Y como un tonto les crei. Entonces consegui los ingredientes de la lista, todos muy extraños y morbosos, pero habia un ingrediente en particular que no podia conseguir. No habia forma en la que pudiera hacer lo que se requeria para conseguirlo. Necesitaba la sangre del corazon inerte de un ser amado.

Senti como el aliento se escapaba de mi cuerpo de un golpe. Eso era macabro, simplemente macabro. Pedirle a un niño de once años que haga eso...

-Hable con mis tios y les explique que no podia, que debia haber otro camino, otra pocion, otra forma... Pero ellos solo se rieron. Me dijeron que era normal que sintiera miedo, pero que debia lograrlo si queria salvar a mi padre. Me convencieron de que era lo mejor. Entonces volvi a mi casa y me encerré en mi cuarto, pensando en lo que debia hacer. ¿A quien le arrebataria la vida para salvar la de mi padre? A mi hermana no, pues ciertamente, no la amaba. A mis tios, casi ni hablaba con ellos, asi que tampoco tenia mucho cariño por ellos, menos despues de lo que querian que hiciera. Solo me quedaba...

Cronicas Elementales: El altar del druida (PARTE 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora