Capitulo 4

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Madeleine

- ¿Por que hicistes eso? - Miro con el ceño fruncido a Alexander

- ¿ Por qué que ?..

Veo que es juguetón. Al principio estaba enojado, pero ahora se ha calmado y ha cambiado de táctica. Ni siquiera sé cuál me gusta más. Es malvado, peligroso, pero estas sonrisas suyas también quieren borrarse de su rostro.

- ¿Por qué... levantastes la voz? -
- ¿No querías contarle a nadie sobre el hecho de que me encontrastes? ... Por cierto, ¿tu esposo sabe con quién perdiste la virginidad?

Mis mejillas estaban calientes. me tambaleé. Oh, Dios mío..

- No, no lo sabe, No hemos hablado de ti.- El frunció los labios.

- Es una pena, - Akexander se ofendió

- Es solo que no soy el tipo de persona que arruinaría intencionalmente su matrimonio... con recuerdos como ese

Sí, hay muchas cosas que recordar... Los tres meses más locos de mi vida. Todavía recuerdo aquel agosto lluvioso y frío, andaba toda mojada, en la carretera, y por ahi estába él. Luego, sin dudarlo, me subí a su auto y por la mañana nos volvimos a encontrar. Por su iniciativa.

- Oh, no, no eres una de esas, por supuesto - Ivanov sonrio, pero claramente no era gracioso.

Alexander me quita los ojos de encima y se dirige a la nevera. Abrió ambas puertas y comenzó a buscar comida. Él tiene un pastel y ensaladas allí. Aparentemente, su cocinera lo ha cocinado desde el día anterior y lo envió todo al refrigerador. Se puede ver que la comida es casera, no de restaurante.

Oye, yo también cociné esta tarde. Parece que todo se va a desmoronar. Es poco probable que Martin esté ahora en casa y a ensaladas. Probablemente esté corriendo por la ciudad como un loco, buscándome.

- Tienes una mesa grande en el salón. ¿Quizás podamos adornarlo para Ivanna? - Sugerí.

- ¿Por qué no? Vamos

Ivanna también nos ayudó a poner la mesa. Y lo logramos. Solo quedaban un par de minutos antes del Año nuevo cuando lo logramos. Y solo ahora estoy pensando en lo mucho que incriminé a Dasha. Ella está en el camino ahora.

- ¡Yo yo yo! - Ivanna salta en el acto y levanta la mano, en la que sostiene un vaso.

Su padre le sirve un sabroso manjar, luego toma otra botella y un vaso vacío. Llena el vaso con otra bebida.

- Toma - me da una bebida.

- Gracias - sigo tomando una copa.

Ivanna miraba la pantalla con tanto interés que uno podría pensar que entendió algo.

Cuando comenzaron las campanadas, la niña saltó del sofá, lista para golpear copas.

- Aún es temprano... - dijo su padre, y se quedó en silencio por unos segundos más. - ¡Ahora si puede!

- ¡Hurra-hurra-hurra!

- ¡Ivanna, ten cuidado! - Me reí involuntariamente, casi nos rompe los vasos a todos. Cuando hizo tal movimiento.

- ¡Lo siento! - y se apresura a beber su dulce gaseosa

- Feliz año nuevo - me felicita Ivanov en voz baja

- Feliz Año Nuevo - creo que dije aún más bajo, y tomé un sorbo de mi vaso.

Mi corazón estaba rascando... Debería estar en mi apartamento ahora. No Aqui, Definitivamente no con él.

Siento que estoy durmiendo. Pero no, todo es real. No es un cuento de hadas. No es una pesadilla.

- ¡Quiero un pedazo de la torta!

Mamá para su hija© { ✓}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora