Capitulo 2

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La ternura que abrigaba mi corazón era tan grande que llegaba a convertirme en objeto de burla para mis compañeros. Me gustaban especialmente los animales, y mis padres me permitían tener una gran variedad. Pasaba a su lado la gran mayoría del tiempo y jamás me sentía más feliz que cuando les daba de comer y los acariciaba. Este rasgo de mi carácter creció conmigo, y cuando llegue a la virilidad, se convirtió en una de mis principales fuentes de placer. Aquellos que alguna vez han experimentado cariño hacia un perro fiel y sagaz no necesitan que me moleste en explicarles la naturaleza la intensidad de la retribución que recibía. Hay algo en el generoso y abnegado amor de un animal que llega directamente al corazón e aquel que con frecuencia ha probado la falsa amistad la frágil fidelidad del hombre. Me casé joven y tuve la alegría de que mi esposa compartiera mis preferencias. Al observar mis gustos por los animales domésticos, no perdía oportunidad de procurarme los mas agradables entre ellos. Teníamos pájaros, peces de colores, un hermoso perro, conejos, un monito y un gato.

El Gato Negro (terminado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora