Miré emocionada a Nate mientras nos situábamos en nuestros asientos. Me sonrió y negó divertido con la cabeza.
-No me mires así, Chispita -le saqué la lengua.
-¿No estás emocionado? -le pregunté mientras me sentaba junto a Sky y él junto con James.
-Sí, claro, tienes veinte actividades que debemos cumplir en nuestras vacaciones, ¿qué dices? Estoy muy emocionado -ironizó y bufé.
-Será divertido, estuve investigando y los paisajes en Argentina son hermosos -James me sonrió.
-¿Y por qué no venimos con Theo y Alai?
-Porque estas son vacaciones en familia.
-Theo y Alai también son familia, mami -chasqueé la lengua.
-Es cierto, pero Gargamel no quiere que llevemos a toda la familia -Sky miró a su papá y Nate me fulminó con la mirada.
Infantil.
-¿Por qué, papi?
-Porque quiero ver si Theo deja de ser tan lento -todos reímos.
-¡¡Tortuga!! -exclamó James y todos volvimos a reír.
-Si tan solo Chubby se diese una idea de estas conversaciones... -susurré.
-Tranquila cariño, ¿sabes? Se daría cuenta con suerte en unos años -negué con la cabeza mientras reía en voz baja.
-¿Y nuestro hámster? -preguntó Sky mientras miraba las nubes por la ventanilla.
-Se quedó con Alai.
Me dio una pequeña sonrisa para luego apoyar su cabeza sobre mis hombros y cerrar sus ojos. Miré a la pequeña y empecé a acariciar su cabello. Mi niña.
Recibí un mensaje a los pocos minutos.
De: Gargamel
Hora: 08:36 a.m.
"James está jugando un juego con su Tablet y no me estaba escuchando mientras le hablaba )':"
De: Chispita
Hora: 08:38 a.m.
"Pobrecito ): La pequeña Sky se quedó dormida, es un amor <3"
De: Gargamel
Hora: 08:39 a.m.
"Pobre de mí, dame un beso ): Resalta por favor la palabra «pequeña», así será hasta los cuarenta :*"
De: Chispita
Hora: 08:44 a.m.
"Ahora no puedo, pero te prometo que cuando lleguemos te daré un beso :* Jajaja, ¿soy solamente yo o tienes miedo de que nuestra bebé crezca?"
De: Gargamel
Hora: 08:44 a.m.
"¿YO? ¿MIEDO A QUE CREZCA? JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA sí u.u"
Me reí ante el mensaje y miré hacia adelante, donde podía ver la cabeza asomada de Nate.
-No te rías, tú nunca entenderás a los padres -se volteó exageradamente y mordí mi labio para aguantar la risa.
Pero no pude.
-Yo también te quiero -exclamó desde su asiento y tapé mi cara con ambas manos.
[...]
Estaba maravillada por el paisaje que se encontraba frente a mí. Nate me dio un apretón en mi mano para después sonreírme. Nuestros niños estaban sonriendo mientras el agua caía sobre sus narices.