Discusion acalorada

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—Capítulo X—

El Gran Premio de Arabia Saudí, vaya locura.

Todo empezó con Checo en pole que tras entrar a box terminó en cuarto lugar dejando a Leclerc en primero, además Latifi —como siempre—, se estampó dejando un safety car. Pero cuando este se fue Max, que estaba en segundo lugar, tuvo un duelo con Leclerc durante varias vueltas hasta que lo terminó adelantando y quedando en primer lugar.

Leclerc perdió por 0.549s, creo que yo tardo más en parpadear que eso.

Por alguna razón, aunque yo le tuviera una gran pasión a Red Bull, me dolió esa pérdida. Quizás fuera por la mirada triste de los mecánicos con los que había trabajado por semanas, o tal vez fuera por el hecho de que le quitaron el podio a Sainz, e incluso porque tuviera algo de empatía por Leclerc.

Algo dentro de mí estaba cambiando.

***

Cuando Leclerc regresó al paddock, después de celebrar en el podio, tenía una sonrisa de boca cerrada. Estaba contento, claro, pero no estaba completamente feliz. Se puso a felicitar a los mecánicos por su trabajo y también felicitar a Carlos por su gran carrera.

Tras eso miró a su alrededor, como lo que yo supongo es una costumbre, por Charlotte. Ella no estaba hoy por razones que hasta yo desconocía, lo cual no ayudaba al ánimo de su novio.

Leclerc se sentó en una silla a descansar mientras mandaba un mensaje por el móvil y por alguna razón tomé una botella de agua y me acerqué a él.

—Vaya carrera —comenté mientras me sentaba cerca de él y le daba la botella de agua.

Sonrió mientras la desenroscaba y tomaba un trago de agua.

—Podría haber sido mejor... pero- —pareció como si quisiera añadir algo más aunque luego se arrepintió—. Bueno, da igual.

—Que pudiera haber sido mejor no significa que no sea bueno —intenté animarlo, en cambio él asintió y se fue sin decir nada—. ¿A dónde vas?

—No necesito darte lástima —parecía ofendido por el hecho de que intentara ayudarle.

—Créeme, lo último que me das es lástima.

Cambió su peso de un pie al otro. Su mirada verde me veía fijamente desde arriba.

—Entonces, ¿para qué estás aquí? ¿Para burlarte de mí?

—Claro, vengo a burlarme de que hayas quedado en segundo lugar, no te jode.

Si él se va a poner en modo defensivo, yo me voy a poner en modo sarcástico.

—Muy buena Noelia, seguro estabas deseando que esto me ocurriera —cruzó los brazos sobre su pecho.

—Hablas como si hubieras terminado en último lugar —me levanté para estar a su mismo nivel pero por la diferencia de altura no pude—, no es para tanto.

Me miró de arriba a abajo y luego dijo:

—No me vengas con esa cara de: sólo vengo a felicitarte.

—¿Qué te pasa? —empecé a gesticular un tanto enfadada—. Pensaba que estábamos bien.

Su pecho subió y bajo con la respiración acelerada.

300km/h | Charles LeclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora