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Nam-ra miraba en dirección de un orificio que daba afuera, estaba realmente atenta a algo.
— ¿ves algo? —le pregunté.
— el olor es más fuerte. —me respondió.
Daesu se inspeccionó con el olfato a si mismo, y luego hablo: — yo no huelo nada.
Yo tampoco lo hacía. Troné mis dedos, Suhyeok imitó mi gesto.
— creo que vienen todos hacia aquí. El olor es muy fuerte —dijo Nam-ra refiriéndose a los zombis, y se sentó.
— estamos atrapados, no hay forma de salir...
— no digas eso. —Regaño Hyoryung a Junyeong.
— pero es verdad, no hay manera.
— como sea, que nos maten si quieren. —hablo daesu levantándose.
Nam-ra tomó un bate, no sabía precisamente lo que ella intentaba hacer con él.
— Ha-ri, no te eliminaron en las preliminares, ¿verdad? —pregunto Woojin a su hermana.
Mire instintivamente hacia ellos al escuchar sus voces.
— no, si pasé.
— tenías un torneo, ¿por qué viniste a la escuela?
— ¿eres su hermano? —pregunto la chica de cabello corto y mi amigo asintió. — ella obtuvo una puntuación perfecto y entró al equipo nacional. Yo la vi.
Sonreí, comprendiendo la emoción que sentía Woojin en ese instante.
Entonces me pregunté, si esto no estuviera pasando, y si yo pudiera ir a esa gran competencia de gimnasia, ¿lograría también pasar? Y si lo hiciera ¿Cheongsan se sentiría orgulloso de mi? Me gustaría pensar que sí...
Sería grandioso poder presentar esa coreografía, y ver a mis papás orgullosos de lo que puedo lograr.
Ojalá haiga una forma de conseguir eso que quiero.
Pero haiga no existe, así como tampoco lo hacen más mis padres o la posibilidad de conseguir ese sueño.
Entonces, es así de fácil... ¿debo rendirme?
Un balón cayendo sobre mí cabeza me devolvió a la realidad. Rápidamente sentí la mano de Suhyeok acariciándome y acercándome a su pecho. Y logre ver su mirada endurecerse un poco hacia Hari.
— ¿estas bien? —pregunto Cheongsan acercándose lo más pronto posible hacia mi.
— lo siento —se disculpo Hari. — mi intención no era golpearte a ti.
Hace un rato estaba hablando con su hermano sobre una gran noticia, ¿por qué había empezado a lanzar balones?
Suhyeok tomó con su mano libre el balón que había chocado conmigo y se quedó mirándolo unos instantes. Luego de levantó dejándome con Cheongsan y empezó a patear las rejillas que sostenían los balones, asustando a Daesu, quien por alguna extraña razón estaba escondido detrás.