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Suhyeok jalaba con fuerza mi brazo para seguir corriendo, pero yo no quería, ya no quería seguir corriendo hacia una salvación que no sabia si podría encontrar.
Mi pie se dobló, causando que cayera al frío, duro y áspero piso. Mi cuerpo dolía, ¿sería mucho pedir que todo esto terminara?
Suhyeok miró frustrado la situación, y me tomo como a un saco de papas sobre su espalda mientras corría nuevamente.
Yo podía sentir su frustración, el estaba frustrado por mi. Si era así, ¿por qué simplemente no podía dejarme atrás? ¿Por qué seguía esforzándose por mi cuando solo soy un estorbo para él?
— no vas a quedarte atrás, no lo voy permitir. Deja de pensar que eres un estorbo.
Parecía leer mis pensamientos.
— basta de eso.. —murmure.
El siguió corriendo sin importar qué, y apesar de mi peso, a él parecía importarle poco eso con tal de llevarnos a ambos hacia un lugar seguro.
Pude ver perfectamente el camino desde atrás, y supe que nos estábamos dirigiendo hacia el gimnasio. El lugar donde pasaba más horas de las que podría contar solo para satisfacerme a mi misma.
Cuando llegamos sentí presencias aparte de las de nosotros, eso no era correcto.
— algo no está bien. —dije tocándole la espalda a suhyeok para que me bajara.
Suhyeok acato lentamente mi orden, y miré en dirección de Nam-ra: — corran.
Un trueno iluminó todo el lugar, dejando ver a muchísimos estudiantes zombies ahí. El estómago se me revolvió.
— ¿que carajos?
— ¡Corran!
Los zombies se aproximaron con velocidad hacia nosotros, poniendo a todos en extrema alerta.
La hermana de Woojin abrió una puerta, y llamó la atención de todos para que pudiéramos entrar.
Pero justamente yo recordé algo.
— mi bolso esta aquí... —murmure para mi misma, y Nam-ra volteo en mi dirección seria. Me oyó.
— Yena... —Nam-ra murmuró mientras negaba, y su garganta próximamente se desgarró al verme correr en dirección contraria a la puerta. — ¡LEE YENA!
Suhyeok al escuchar mi nombre con tanta rudeza, volteo en mi dirección al instante, sus ojos tornándose en enojo al verme abalanzarme sobre aquellas cosas.
Corri rápido, esquivando y empujando a cualquiera de esos animales que llegara acercarse a mi. Mi mochila no estaba muy lejos, estaba realmente cerca, y tenía la certeza de que llegaría a ella con facilidad.
Llegue a la barra donde estaba mi bolso, mire a la puerta de la habitación en la que ya todos estaban. Pude ver a mi hermano y a Suhyeok pelear con otros dos para impedir que la puerta se cerrará, para impedir que yo quedara afuera.
