CASI PERFECTO

40 2 1
                                        

Afin a mi signo del zodiaco

Louis lo veía desde lo lejos, una sonrisa adornando su rostro mientras que aquel hombre bebía de su café. Se veía tan concentrado en su lectura que sentía que con sólo su mirada podía perturbarlo.

El ojiazul dejó salir un suspiro enamorado, para después volver a dirigir su mirada a su propia lectura. Mientras buscaba el párrafo donde se había quedado, a ciegas pasaba la mano por la mesa donde estaba su chocolate caliente, sin embargo se detuvo y alzó con rapidez la mirada cuando tocó una piel cálida.

— Ni siquiera estando lejos puedes concentrarte ¿cierto? —La voz gruesa con tonos dulces dirigidos a él, hizo que la piel de sus mejillas se calentara.

— ¿Quién dijo que no puedo concentrarme? —Desafió con una pequeña sonrisa.

— No has dejado de mirarme ni siquiera cuando, literalmente, estoy al otro lado de la habitación. —Ojos verdes se dirigieron con un poco de ego al más joven.

— Bueno, no es mi culpa que seas tan guapo y atractivo, incluso cuando solo estás leyendo. —Poco le importó que sus mejillas se tiñeran un poco más y simplemente disfrutó de que el mayor le sonriera mostrando un hoyuelo en su mejilla.

— Tan atrevido como siempre. —El rizado se inclinó un poco por sobre la mesa, enganchó su dedo sobre la barbilla del otro y rozó sus labios con delicadeza. —Creo que alguien necesita una lección.

— Aceptaré la que tú quieras darme. —Louis se acercó un poco, un tanto deseperado por juntar sus labios en un verdadero beso.

— Mm, bueno, entonces es hora de que me leas algo de lo que hayas escrito ya sobre tu tarea de leyes. —El mayor se alejó, dejando al ojiazul con un puchero.

— Harry. —El menor dijo en un quejido.

— Vamos, bonito. Necesito que me digas lo que has avanzado. —Se sentó frente a él, esperando a obtener una respuesta. —Si no terminas el trabajo, Liam nos matará. Va creer que es por mi culpa.

— Bueno, pude que tenga razón. —Louis alzó los hombros con desafío. —Me estás distrayendo un poco con tu linda figura frente a mí.

— Si ese es el problema, entonces puedo irme ahora y regresar cuando hayas terminado tus tareas. —Harry se alzó de hombros, alejándose para tomar su abrigo en el perchero junto a la puerta.

— No, no, no. —Dijo el menor con cierta desesperación tintando sus palabras. -Haré mis deberes, pero no te vayas, por favor.

— Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? ¿Un dulce cabrito rogando? —Las orbes esmeraldas brillaron con algo de picardía.

— No puedes usar mis propios argumentos a tu favor. —Louis se quejó con un puchero. —Se supone que tú eres un acuario tranquilo.

— Y tú un capricornio muy terco y berrinchudo. —Le sonrió y se acercó para dejar un suave beso sobre la frente del menor. —Vamos, termina tus deberes y después podemos hacer lo que quieras.

— ¿Lo que yo quiera? —Las orbes marinas brillaron con felicidad.

— Lo prometo, bonito. Lo que tú quieras. —Las palabras del rizado fueron suaves y llenas de amor.

— Lo prometiste y ahora no hay vuelta atrás. —Louis sonrió enormemente. —Más vale que cumpla sus promesas, señor Styles.

— Siempre lo hago, joven Tomlinson, siempre lo hago. —El mayor le guiñó un ojo y dio media vuelta hacia la cocina. —¿Qué quieres para el almuerzo?

— Lo que tú decidas, siempre disfruto lo que preparas para mí. —Louis por fin había abierto su cuaderno donde tenía el borrador de su trabajo.

— Yo estoy para complacerte, bonito, así que pídeme lo que quieras. —Harry se quedó en el marco de la puerta, observando al menor, ¿cómo podía ser tan bonito?

Larry One Shot's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora