o c h o.

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Izuku se levantó a las 6:00am con una leve sonrisa y una sensación cálida recorriendo todo su pecho, la mueca en su rostro se hizo aún mayor cuando revisó su celular y vió mensajes de todos sus amigos felicitándolo, haciéndole saber cuan orgullosos se sentían de su evolución con el skate. Se estiró en su cama antes de entrar a la ducha rápidamente, no sin antes colocar una playlist con sus canciones favoritas, ese día en especial quería escuchar Love Story de Taylor Swift.

Un rato después de haber calentado su cuerpo con el agua y los incesantes bailes de felicidad decidió salir, colocarse su uniforme y también un poco de perfume. 
Luego de unos 15min seguidos frente al espejo para observar que tal se veía en sus ropas procede a arreglar su cabello, unos segundos antes de pasar la mano por su abundante y rizada cabellera verde se detuvo a mirar con fastidio el mechón rebelde que caía justo encima de su nariz, causándole algo de cosquillas y al mismo tiempo picazón. Echó un vistazo rápido a su mesita de noche y, entre los distintos cajones que revisó, logró encontrar unos pasadores amarillos muy bonitos que una de sus amigas había dejado en su habitación hacía ya un tiempo.

Los separó con ayuda de sus dientes y con mucha rapidez y destreza los colocó en su cabello, además de sujetar el mechón creaba una onda bastante bonita. Sonrió al verse a si mismo frente al espejo desde diferentes ángulos, asegurandose así que se veía y de sentía bien con el nuevo look que había adoptado gracias a esos pasadores.

Unos pitidos agudos y vibración al mismo ritmo lo sacaron de sus pensamientos, se acercó hasta el borde de la cama y sonrió al ver al remitente de aquel mensaje, nada más y nada menos que su mejor amigo.

Todoroki❄️:
Buenos días, señor triunfador.

¿Que tal se siente haberle ganado a Real Steel en esa carrera?

Espero que tengas un lindo día, pequitas. ¡Te escribo más tarde!
Enviado a las 6:16

No pudo evitar sentirse halagado, el hecho de haber competido contra Real Steel y vencerlo al mismo tiempo había sido, sin duda, una de las causas más importantes de su inmensa felicidad esa mañana.

Pero, no era la principal,

La principal tenía un nombre y un apellido,

y unos lindos ojos color carmín, pensó.

Se decidió por fin a salir de su habitación con su celular y mochila en mano, bajando por las blanquecinas escaleras para encontrarse con su sonriente madre preparando un rico desayuno.

—Buenos días, señor ganador. —le dijo apenas vió su silueta asomarse por la sala de estar.— ¿Que tal está mi niño travieso?

Su madre dejó de servir la comida en los tres platos correspondientes para ir rápidamente a abrazar al chico de baja estatura, quien muy feliz correspondía a cada muestra de afecto de su progenitora.

—Má... Me estás dejando sin aire... —dijo el peliverde, pellizcando suavemente a su madre para causarle cosquillas y que se moviera.

—Lo siento mi niño, es que aún no puedo creer que hayas resultado ganador de esa carrera. —sonrió antes de juguetear con sus mejillas y devolverse al mesón de la cocina para poder terminar de servir la comida.

—Vaya, vaya, miren quien está por aquí —agregó un sonriente Hisashi descendiendo del segundo piso.— , nada más y nada menos que mi hijo, el más talentoso de todo Japón.

Izuku no pudo evitar sonreír ampliamente e ir corriendo a abrazar a su alto padre, quien le recibió con los brazos abiertos.

Una vez Inko terminó de colocar la mesa, llamó a sus dos hombres a comer y disfrutar de un rápido pero acogedor desayuno. Hablaban de temas triviales, desde el clima hasta la ropa que llevaban puesta, los ingredientes de la comida y uno que otro chiste interno entre ellos.

Cool Kids| k.dDonde viven las historias. Descúbrelo ahora