Hank abrió la última puerta, poniendo todo su peso en ella de un golpe. Al momento salieron varias palomas de aquel lugar que estaba empezando a agobiarte.

— Pero ¿qué coño es esto? — Decenas de palomas estaban ahí, encerradas en aquella pequeña habitación. — Dios, cómo apesta este lugar. — A mierda de paloma, sí. A eso olía. — Ah, hemos venido para nada. Se nos ha ido.

— No seas pesimista. Vamos a investigar primero, quizá haya algo importante por aquí. — Intentaste motivarlo de alguna manera. Te negabas haber venido en vano a un lugar así.

Connor te hizo caso, empezando a revisar lo que podrían ser indicios de cualquier cosa que os sirviera.

— «R.T.» — Habló. — Pueden ser unas iniciales.

— ¿Puso sus iniciales en la cazadora? — Pregunto Hank con burla. — Eso lo hacen las madres de los niños de primaria...

— Ni tú te atreviste a tanto. — Reíste. Es cierto, todos los niños en la escuela llevaban las iniciales en sus babis, en las chaquetas o, incluso, en los pantalones. Eras la única que no las tenía, y lo agradecías. Es lo que tenía haber sido criada por Hank.

Connor revisó un hueco que había en la pared. Había un diario pero ninguno de los dos, ni siquiera el androide, fue capaz de entender que había ahí escrito.

El androide pasó a revisar el baño, justo adónde tú te dirigías.

Empezaste a mirar alrededor, hasta que un acto paró tu análisis. Viste a Connor meter los dedos en el lavabo, lleno de hojas secas y a saber qué cosas más. Lo peor fue cuando se llevó esos dedos a la boca.

— No pienso gritarte como hizo mi tío. Sólo dime que ha servido de algo analizar... eso.

— Es thirium, de un modelo WB200. Desaparecido el 10 de noviembre de 2036. — Te sorprendiste ante aquello.

Centraste tu vista en el baño y pudiste notar un led. Lo cogiste con la mano, mientras Connor te miraba atentamente.

— Es un biocomponente n° 9301. — Dijo mientras lo analizaba. No estabas segura de si era necesario, pero el androide estaba agarrando tu mano con la suya, tal vez para que no te movieras y pudiera analizarlo. No tenías ni idea, pero no parecía un acto mínimamente necesario. — Ha sido desactivado recientemente. — Carraspeaste tu garganta ante la repentina cercanía. — Su LED está en el lavabo. — Habló más fuerte, intentando informar a Hank.

Finalmente, te soltó la mano.

— No me sorprende que fuera un androide. Ningún humano viviría con esas putas palomas...

Viste como Connor revisaba la pared. Te pusiste a su lado, leyendo todos los garabatos que había allí. A los segundos escuchaste los pasos de tu tío acercase.

— ¿Sabes lo que significa? — Preguntó, refiriéndose a aquel extraño código que se repetía centenas de veces.

— rA9... escrito 2471 veces.

— Eso también lo escribió el androide de Ortiz en la pared de la ducha.

— ¿Por qué les obsesiona tanto eso? — Se preguntó a él mismo.

— Supongo que será parte de tu misión averiguarlo. — Dijiste, torciendo un poco los labios después de hablar.

Hank se acercó un poco más, poniéndose a tu lado.

— Parecen laberintos o algo parecido... — Y, sin más, se alejó, dejandoos solos de nuevo.

Connor se agachó y empezó a reconstruir la escena con los objetos que había por ahí. Mientras tanto, te acercaste aún más a la pared.

Inestabilidad ⨾ ConnorWhere stories live. Discover now