—Deberías entrar ya, hace frío aquí Senku. Y si te enfermas, significa que Ruri también puede contagiarse .-Kohaku presiono la baranda de seguridad, de alguna manera eso se sentía tan falso.

—No voy a enfermarme, Leona .-Senku se acercó a un lado de la rubia, quien al tiempo en que su brazo rozó sin querer el de esta, se alejo de golpe-. ¿Qué te sucede?

—Nada, Senku.

Mentira.

Él conocía demasiado bien a Kohaku como para darse cuenta de cuando esta mentía, sobre todo por lo nerviosa que se ponía y de alguna manera, la distancia que estaba tomando entre ambos. Algo que no permitiría, no ahora.

Ruri había arruinado todos sus planes de un pronto divorcio con esta noticia y era algo que Kohaku sabía, él mismo le había prometido que apenas se cumplieran los dos años de matrimonio estipulados, se divorciaría de la hermana mayor de esta y que todo volvería a ser como antes.

—Senku, en serio creo que debe-...

—No es mío .-esta vez, se acercó de manera que pudo alcanzar a tomar su mano, esperando que eso fuera suficiente para que creyera en él-. Leona. No es mío.

Y por fin llegó la cachetada tan esperada. Al parecer, insinuar que Ruri era infiel le molestaba más que el mismo hecho de arruinar su plan.

—¡No te atrevas a volver a decir eso, bastardo! .-se alejó lo suficiente del científico ¿Es que acaso no entendía lo grave de la situación?-. ¡No vuelvas insinuar que-...

—¿Qué? ¿Qué Ruri es infiel? .-gruñó mientras se tocaba la mejilla, tratando de aliviar el dolor de alguna manera-. ¡Por favor!

—¡¿Por favor qué?! Ni creas que no se de las veces que has llegado borracho a tu casa .-un ligero temblor recorría su cuerpo, debía acabar con esto ya-. Hace dos meses, yo misma te encontré en la cama con ella.

—¡Tu misma escuchaste de su boca que no paso nada! ¡¿Acaso lo olvidaste Leona?! ¡Tu hermana jamás me dejaría tocarla!

—¡Ya basta! .-si alguien los escuchaba, estarían en serios problemas-. Se acabó Senku, todo esto se acabó.

—¿Qué?

No, ella no podía. Ella no lo dejaría ahora. Tenía que creerle de una u otra manera.

—Las mentiras .-un largo suspiro salió del fondo de sus pulmones, estaba harta-. Es todo. Nuestra relación debe limitarse a que... Somos cuñados. Eres el esposo de mi hermana, y el padre mi sobri-...

Antes de que ella terminara de hablar, sintió como los labios de Senku se posaban sobre los suyos propios. Kohaku verdaderamente quería reclamar, pero no podía y si era sincera del todo no quería alejar a ese bastardo.

¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Cómo habían llegado a esto? Si tan solo su padre siguiera vivo nada de esto estaría pasando, nadie en esa familia sería infeliz.

—Tu y yo sabemos, que ella y Chrome se siguen viendo .-Senku susurró contra los labios de su cuñada. Y realmente esperaba que ella respondiera, pero la presencia de una tercera persona se sintió en el lugar.

—Senku.

El mencionado se alejó rápidamente de Kohaku, esperando que el anterior espectáculo no hubiera sido visto por el hijo de puta frente a él.

Ibara se encontraba de pie con una sonrisa maliciosa en la entrada de la terraza, al parecer aquellos mocosos seguían igual que siempre, pero lamentablemente para él llegó demasiado tarde como para exponerlos frente al mundo, y que por fin la compañía de Yamaha y la tecnología del joven prodigio cayeran de una vez por todas en sus manos.

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