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Caí al suelo en el instante que un trueno resonó en todo el lugar. Cheongsan, aún enojado, miro en mi dirección al instante. El sabía que le tenía miedo a los truenos, y de por sí con un oído más desarrollado esto me afectaba el doble.
Tape mis oídos mientras apretaba mis oídos, pude sentir a Nam-ra caer a mi lado al instante que otro trueno cayó. A ella también le afectaba.
Cheongsan, Suhyeok y On-jo vinieron hacia nosotras con rapidez.
- ¿les duele mucho?
Namra asintió aun tapando sus oídos: - me duelen mucho los oídos.
Mientras yo nisiquiera podía reaccionar.
- por favor, no se preocupen tanto por mi, miren a Yena. -dijo Nam-ra al sentir que yo estaba paralizada.
Hubiera tratado de negar, ya que ella también se encontraba mal. Pero no podía nisiquiera respirar con normalidad.
Suhyeok rompió su camisa en cuatro pedazos y los enredó: - en vez de auriculares... -dijo pasándolo a Nam-ra. - y en vez de una rutina.
On-jo noto la leve situación romántica que ocurría entre Suhyeok y yo, por lo que abrazó de Nam-ra para poder llevarla a otra dirección.
- cheongsan. -murmuró mi amiga.
- calma On-jo, es mi hermana, no puedo dejarla aquí.. ella le tiene miedo-
- Suhyeok esta cuidando de ella, acompáñame.
Cheongsan negó sin querer despegarse de mi, pero On-jo tomo de su mano y jaló de él.
Otro trueno resonó y yo me abracé fuertemente al pecho de Suhyeok, causando que el se sorprendiera por lo repentina que fue mi acción. Empezó a llover.
- tranquila.. -dijo aceptando mi abrazo y posicionándose a mi lado para poder cuidar mejor de mi.
Daesu empezó alegrarse por la lluvia, y el resto de los chicos empezó a reaccionar ante las gotas.
Otros truenos llegaron, y arrugué con fuerza la camisa de Suhyeok hacia mí. Sentía mis timpanos reventar, y el odiar las tormentas solo me daba ganas de llorar.
Estaba sobreviviendo a unos malditos zombies, sí, pero estaba llorando por unos jodidos truenos. Perdonen mis expresiones.
Siempre tuve que mi mamá o a Cheongsan cuidando de mi en las lluvias, ya que siempre tenía ataque de pánico gracias a ellas. Supere la mayoría de mis miedos, excepto este. Y aunque quien me abrazaba y cuidaba de mi en este instante no era mi hermano, o mamá, podía sentir seguridad en sus brazos. Mejor dicho, Suhyeok me transmitía la seguridad que necesitaba.
- ¿cuál era tu sueño de pequeña? -escuché que dijo en un susurro él.
Lo mire incrédula.
- es para que solo te concentres en mi voz... solo concéntrate en mi. -dijo el romando mi rostro y acariciando. Yo asentí con las mejillas tornándose más rojas de lo que ya estaban.