Sintió el silencio del lugar, no había nadie a esas horas de la mañana salvo los bibliotecarios que se empeñaban en arreglar los estantes con el orden que ellos acostumbran a almacenar los libros, y ellos dos. ¡Oh!

¡Qué mala suerte! ¡Y qué descarado!! Mirarla así, sin más... ¿acaso no sentía un poco de vergüenza o remordimiento por todo lo que le había hecho?? Pero qué se podía esperar, de un delincuente como él. Movió la cabeza con una semi sonrisa. Que tonta! Permitir que ese chico arruinara su vida por estupideces. Se concentró nuevamente en el libro y leyó, esta vez, con interés su contendido. Las horas pasaron y el reloj de la Universidad tocó las 10 AM. Levantó la cabeza y tomó sus cosas rápidamente, evitando tener un contacto visual, mínimo que sea, con el chico. Caminó apresurada hasta el aula justo cuando esta se abría. Sus compañeros comenzaron a salir comentando a cerca del proyecto que debía realizar. Lo sabía, ahora tendría que preguntarle a Kouga qué era lo que debía hacer. Pero no había señales de él.

-    ¿No vino a clases?- Se preguntó preocupada. En eso vio a Tsubaki saliendo seriamente y se paró de súbito frente a ella. Kagome la miró preocupada. Pero la chica no la miraba a ella, su vista estaba enfocada más arriba. Kagome volteó y se asustó un poco al ver la presencia del joven Inuyasha justo tras ella. Se turbó un poco y luego se apartó del lugar. Maldición, que susto!. El profesor salía en ese momento y Kagome se acercó rápidamente hasta él.

-    Profesor, lo lamento, yo no pude... - Dijo excusándose. Él, un hombre joven pero empeñado en parecer más importante siendo extremadamente estricto, la miró seriamente.

-    Señorita Higurashi, nuevamente tarde.

Ella contuvo la vergüenza antes las palabras del hombre que seguramente iba a sermonearla delante de Inuyasha, que no se encontraba muy lejos.

-    Perdón... sólo quería saber... el proyecto que debemos hacer.- Dijo sumisa.

El hombre la miró tras sus gafas.

-    Será un trabajo de a dos. Todos ya tiene sus temas asignados. Usted, junto con el joven Inuyasha, ya que llegaron tarde, van a tener que trabajar juntos. El tema de ustedes es la leyenda de la perla de Shikon. Se entregará en un mes más, la nota vale el 60%. Es un informe escrito y una exposición oral.– Dicho eso se marchó sin más, dejando a Kagome con la imposibilidad de protestar. Miró a Inuyasha que también la miró levantando una ceja, sonriendo. Seguramente el muy descarado estaba disfrutando de esto. No, no estaba dispuesta a trabajar con él. No ¿por qué?. Enojada ante su actitud arrogante, se mordió el labio y corrió tras el profesor alcanzándolo en las escaleras.

-    Profesor, por favor... ¿podría trabajar sola?

El hombre la miró arrugando el ceño.

-    ¿Tiene algún problema?

-    Creo que... creo que... es mejor que trabaje sola... no conozco a ese muchacho y tal vez sería difícil ponernos de acuerdo...

-    Señorita Higurashi, usted, por si no se ha dado cuenta, se encuentra en la Universidad, ya no son niños. Le he asignado a ese compañero y tendrá que aprender a trabaja en equipo. Recuerde que esta nota es muy importante. Lo hace con él o reprueba la asignatura. Usted decide.

Kagome lo miró asustada, queriendo una vez mas protestar. Pero... sus calificaciones... debía obtener buenas calificaciones para conservar la beca. Las palabras de protestas murieron en sus labios mientras bajaba la vista derrotada. El profesor siguió su camino sin prestarle mayor atención. Los otros profesores bajaron y todos los alumnos entraron a sus respectivas aulas, Kagome sin embargo, se sentó en un escalón y escondió la cara entre sus brazos y piernas. El lugar quedó en un silencio total y ella, sin pode evitarlo, aguantó a más poder las lágrimas que querían caprichosamente salir de sus ojos. Sintió el dolor en su garganta. Ahhh, este no era el lugar apropiado para llorar. Pero... todo estaba mal... ¿por qué? ¿por qué las cosas tenían que ser así'?

Corazón de PiedraWhere stories live. Discover now