La vida es hermosa. Llena de colores y paisajes bonitos, llena de personas geniales que alegran tus días a un cien por ciento y que hacen tu realidad una comedia musical. Oh bueno, eso solo aplica a las familias funcionales, enconomicamente bien, mentalmente estables y con mucho futuro por delante, no a un niño de doce años inhalando cocaína en el baño de la escuela, para este tipo de casos, la vida puede ser un completa mierda.
—¡Hakkai abre la puerta!— el nene escucho a la maestra muy desesperada tocar la puerta de ese cubículo.
"Maldito animal, ¿no podía solo mantener la boca cerrada?"
Hakkai sabía quien había sido la persona que lo acuso con la maestra, ese mocoso que se hacia llamar su amigo, que no recordaba su nombre pero tampoco le importaba un carajo.
Se limpió la punta de la nariz y quito el polvo restante de esta, para tirar rapidamente al inodoro lo que le quedaba en la pequeña bolsa de plástico y despues jalar la palanca para que se lo llevara el agua.
—¿Que paso maestra?— dijo después de abrir la puerta y salir del cubículo.
—¿Que estabas haciendo?— lo inspeccionaba con la mirada.
—¿Orinar?
—Lavate las manos y después iremos a la oficina del director.
Lo hizo, y después de eso recuerda haber orinado en un traste pequeño, con gente dandole sermones que todo lo que hacía y se metía estaba mal, hasta cuando llego Tajiu y se lo llevo a su casa escuchó varios regaños de parte de el, para cuando llegaran a su casa inmediatamente partirle la cara a golpes.
Pero Hakkai estaba muy drogado para que le importara.
¿Como un nene de doce años esta inhalando cocaína?
Pues fácil, una vez miro a su padre hacerlo, lo quiso intentar y le gusto la sensación.
La conseguía con un adolescente que se ponía a vender cosas ilegales en la esquina de la primaria que estaba a la vuelta de su casa, ¿el dinero?, lo tomaba a escondidas de la cartera de su padre o de la de Taiju.
Le dijeron que eso estaba mal, que lo llevaría a muchas cosas malas, pero el se preguntó; ¿como una sensación tan buena podria ser mala?
No lo comprendía, y tampoco quería hacelo, pero como se lo "prohibieron" empezó a ingerir otras cosas, pastillas. No sabía ni que eran, pero igual lo hacian sentir bien, asi que, ¿que más da?
Todo era igual, el seguía hundiendo su vida sin siquiera darse cuenta, el nene que tenía una sonrisa tan hermosa la estaba destruyendo el mismo poco a poco.
Hasta que lo conoció a el.
—Como que ya fue suficiente, ¿no?
Un chico probablemente de la misma edad que el, o tal vez un año mayor, con el cabello lila y una nena cargando en brazos, le había detenido el brazo cuando estaba apunto de llevar su puño nuevamente a la cara del chico al cual le estaba pegando, por razones que ya no recordaba.
Todo mejoro cuando llego el a su vida, Mitsuya.
De grises sin sentido a colores llamativos y brillantes.
De noches de desvelos a largos sueños hermosos y profundos.
De lineas y pastillas a tener una compañía después de las palizas de su hermano, y tener en quien apoyarse en todo momento.Hakkai no vio lo malo que era el mundo de las drogas, no lo comprendía, hasta que Mitsuya le enseño.
El pensaba que una sensación buena no podía ser algo malo, pero el chico le enseñó a que habían cosas malas que se sentían demasiado buenas.

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Red wine | Mitsukai
Fanfiction"Mitsuya te ama, ¿que no lo ves?" "¡Deja de decir mentiras Mikey!" El amor no es tan dulce como las películas de Hollywood o los mangas de romance, a veces es amargo, tan amargo como un vino tinto. ━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━ |Avisos dentro| |To...