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De alguna u otra forma, Nam-ra y yo quedamos sentadas en la ventana, mientras Suhyeok sostenía mi mano para evitar que hiciera una locura.
O Nam-ra la hiciera por mi.
Pude ver la mano de Nam-ra traquear, ella me miró y luego se fue a otra ventana, alejada de Suhyeok y yo.
— Suhyeok, no pelees con mi hermano.
El volteo a mirarme de una forma neutra.
— ¿dejarías que Cheongsan te asesine solo porque es tu gemelo? Al parecer sí, pero yo no dejaría que eso suceda.
— él no quería hacerme daño. Nunca lo haría. —le dije. — hace menos de una semana se puso a llorar porque me corto accidentalmente con una tijera. ¿En serio crees que ese Cheongsan me haría algo?
— todos cambian durante el apocalipsis, chica de los calcetines. —yo miré mis pies en medias al oír lo que dijo. — los que alguna vez fueron nuestros compañeros, tienen ganas de comernos... literalmente. Uno de nuestro grupo asesino a tu mejor amigo. ¿Crees que tu hermano no dejaría el amor a un lado por el miedo?
— ¿tú lo harías? —le pregunte mirando aun mis pies.
— no... porque el miedo, me hace querer cuidar más de lo que amo. —dijo acomodando un mechón travieso detrás de mi oreja.
— Cheongsan si me viera vuelta un zombie, dejaría que yo lo mordiera porque no soportaría seguir sin su hermana, así como yo no soportaría estar sin él. —le explique. — cuando trajo esa cosa, no me estaba amenazando a mi, estaba amenazando a Nam-ra. Por eso no me separe de ella, si lo hacía, el le haría daño.
Suhyeok suspiró y tomó de mi mentón para que lo mirara.
— pero eres algo tonto, y te esforzaste más en defenderme a mi que a ella.
— por algo será.
— ¿te cae mal la presidenta?
Suhyeok negó.
— me cae bien.
— Nunca entenderé lo que dices. —dije suspirando.
— Yena. —lo miré al mencionar mi nombre, aún no había soltado mi mentón. — Nunca veré el mundo de la forma en la que tu lo ves, pero el que veas las cosas diferente a las demás personas es de las cosas que más me gusta de ti.
Yo sonreí, y pude sentir mis mejillas calentarse.
— aún así, créeme, si alguien intenta matarte... yo no dudare en matarle primero. No voy a dejar que te hagan daño, Lee Yena.
— Suhyeok... debes velar por tí. Seguro hay cosas más importantes en tu vida que una chica gimnasta que podría ser zombie.
— la cosa más importante en mi vida es esa chica gimnasta que se autodenomina zombie. —respondió mirando mi herida en la mano.