Nuevamente, Pond se encontró maravillado con la persona que era Phuwin, y sobre todo, agradecía a la vida por colocar a las personas correctas en su camino, porque cada una de ellas le ayudaron a convertirse en lo que era, por lo que, a partir de ese día, esperaba que la compañía de su novio fueran un motivo más para seguir evolucionando.

- Somos imperfectamente perfectos para el otro...

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Habían pasado alrededor de dos horas después de que, a duras penas, logre explicarle lo que realmente ocurrió en el accidente a Mix, una hora después de que cayera desmayado de agotamiento y 30 minutos desde que despertó, y aún seguía sin dirigirme la palabra, lo cual me tenia frustrado.

- Mix... - odiaba la forma en la que mi voz se escuchaba, pero por más señas que hacía, el no me miraba, simplemente, se quedaba observando a la nada, como si aun creyese que esto era un sueño – Mix.. – repetí su nombre nuevamente y, esta ocasión, si se giró hacia mí.

- No deberías estar aquí – su voz sonó tan débil, era apenas audible, si en el departamento hubiera más personas, o algún aparato encendió, quizás no habría sido capaz de escucharlo.

- Por...que... no... - cada palabra que lograba sacar de mi garganta se sentía como un cuchillo atravesando mis cuerdas vocales.

Mix se quedó mirándome en silencio por largos minutos, su expresión detonaba claramente el dolor que experimentaba en esos momentos, no obstante, podía percibir claramente que el sufrimiento que sentía no era por sí mismo o la perdida de sus padres, era por mí y mi familia.

- Vi los documentos... - al ver que no cedía ante su silencio, comenzó a hablar – P New me enseño los documentos donde decía que fue el auto de mi madre el que ocasiono la colisión de todos los demás, incluido el de tus padres...

No puede evitar el disgusto que me causo escuchar decir a Mix que fue P New el que le enseño esos documentos, a pesar de que Pond me lo conto en la casa, aun así, me negué a creer que era cierto, sinceramente me iba a costar mucho aceptar que su necesidad de protegernos llegase a ese extremo, pero tampoco me negaba a creerlo.

- No tienes que mentirme para hacerme sentir mejor... - enterró su rostro entre sus piernas.

Era realmente difícil para mi explicarle que aquellos documentos no eran falso, solo que no estaban actualizados, al inicio, la investigación había reportado que la colisión fue causada por la camioneta de la mama de Mix cuando él la distrajo, ya que cuando estaba en el hospital eso fue lo que le dijo a los policías cuando fueron a interrogarlo sobre lo ocurrido, pero poco tiempo después, se descubrió, al hacer las autopsias, que mi padre sufrió un infarto mientras conducía y que su vehículo el que impacto con el de la señora Sahaphap, el cual impacto con un camión de carga y de ahí le siguieron muchos más autos.

Había sido un infortunio...

- No...culpa...tu...no... - realmente quería que me creyera, necesitaba que lo hiciera, me dolía en lo profundo de mi ser, verlo tan destruido cuando lo que me trajo de él, incluso antes de conocerlo en persona, era su vivacidad – Papa...fue...culpable...

Al ver que no reaccionaba, suspire, afortunadamente, había traído los documentos de la investigación privada que lleve a cabo con ayuda de P Puimek, a escondidas de todos, por lo que, sin dudarlo, fui nuevamente hacia la sala, donde había dejado mi bolso, olvidado, cuando impedí que Mix se lanzara por el balcón.

Tome de su interior la carpeta, aquella que había mantenida escondida en el fondo de uno de los cajones de mi escritorio, después de haber leído su contenido, porque mi deseo era que todo eso se quedara en el olvido, no quería seguir añorando las cosas que ya no podía tener, anhelaba apreciar lo que tenía y que podría llegar a tener.

- Mix... por favor... por...favor... - mi voz se escuchaba más tosca que al principio, y era evidente que estaba presionando demasiado a mis cuerdas vocales, el constante dolor en mi garganta era la prueba de eso, sin embargo, eso no me detuvo – Por...favor...te...suplico...no...culpa...no...tu...culpa...

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Mix realmente quería creer en la historia que le contaba Earth, realmente deseaba liberarse de la culpa que sentía de haber destrozado a la familia de ese hombre maravilloso, hacia mucho tiempo que logro superar la muerte de sus padres, no es como si ya no le doliera sus ausencias, sino que acepto que no podía hacer nada respecto a ellos y aunque en ocasiones solía deprimirse pensando en las otras personas que fueron afectadas en el accidente, como no las conocía, no le duraba mucho.

Y quizás su vida hubiera continuado entre subidones y bajones de emociones si no hubiera conocido a la familia Pirapat, por lo que enterarse de que ellos fueron uno de los afectados por su berrinche, fortalecieron esa tendencia que tenia de deprimirse, la cual empeoro al estar perdidamente enamorado del escritor.

- Por...favor...te...suplico...no...culpa...no...tu...culpa...

Fue el esfuerzo con las que esas palabras querían llegar a él, lo que le hizo dejara de esconder su rostro y observara la carpeta que el mayor le extendía con una mirada suplicante, lentamente alargo su brazo derecho hacia el folder, una vez que estuvo en su mano, retrajo su extremidad hacia su cuerpo.

- Léelo...

Y así lo hizo...

- ¿Es esto verdad? – una vez que termino de leer los papeles frente a sus ojos, no pudo evitar preguntar, a pesar de que todo estaba escrito ahí, aun dudaba de la credibilidad de la información, cuando Earth asintió con la cabeza, nuevas lagrimas brotaron de sus ojos - ¿No es mi culpa?

- No...culpa... - a pesar de que la voz gutural de Earth sonaba fría, su respuesta le hizo sentir una calidez que le había faltado esos días en los que permaneció lejos de él – No...culpa... - le aseguro con dificultad.

- ¿Podrías perdóname? – suplico Mix, poniéndose en pie con dificultad, caminando poco hacia el escritor.

- Tu...perdonarme....mi.... – Earth coloco sus manos en los hombros del reportero – Papa...culpa...

Mix soltó una carcajada de ironía, era tan extraño que fuera el escritor quien le pidiera disculpas, cuando fue el hacia no mucho quien lo hacia debido a un malentendido, y aunque el resultado fuese el mismo, ambas familias destruidas, las circunstancias eran completamente diferentes, un paro cardiaco no era algo que se pudiera prevenir, era un accidente, en cambio, si hubiera sido por su berrinche, ahí si era algo que se pudo controlar.

- Tu papa no es culpable... - comenzaba a sentir como sus respiración se normalizaba y le costaba menos introducir aire fresco en sus pulmones – Nadie es culpable...

El Arte de las PalabrasWhere stories live. Discover now