La clínica

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-Pran. Quiero que hoy me acompañes a un lugar. - dijo Pat algo negocio.

-Claro. A dónde vamos a ir hoy? - dijo distraído mientras leía su libro de guitarra.

Pat permaneció en silencio por un momento hasta que Pran lo notó y levantó la vista para mirarlo.

-Hay una clínica a unas horas del centro.

-Una clínica? Qué clase de clínica?

-Es para tratar el lado animal... Ayuda a curar a alfas, betas y omegas. - explicó Pat.

-Me quieres encerrar en una clínica? No era que me querías y aceptaba igual tuviera o no a mi omega?

-Nunca dije que te iba a encerrar ahí. Solo es una consulta. Hice cita con la psicóloga, no con el psiquiatra.

-Pero... Y qué pasa si esa "psicóloga" piensa que necesito que me trate el psiquiatra y me quieren encerrar.

-No pueden. No sin tú consentimiento o sin el mío. Y yo no voy a dejar que te encierren en ningún lado. Está bien?

-Buenooo... Pero si me llegan a encerrar...

-Nadie lo hará. Confía en mí.

-Bien... Entonces parece que ya se acabaron los días de vacaciones... - dijo Pran cerrando su libro y poniéndose de pie.

-No tiene porqué ser malo.

-Claro... Porque cuando visitar una clínica fue malo.

-Venga, tómalo como si fuera una visita turística a una clínica.

-Eso no es divertido Pat.

Cuando llegaron a la entrada de la clínica Pran no esperaba ver un portón negro rodeado de árboles podados con formas de animales gigantes, al fondo podía ver un edificio de tres pisos en tonos ocres.

Un guardia de seguridad los recibió en la entrada y les indicó que debían ingresar y buscar al enfermero James en la primera puerta a la derecha para que les indicara bien el camino al consultorio de la psicóloga.

-Más que visita turística parece que estamos por ver entrar a un lugar embrujado. Seguro que hay hasta fantasmas. - dijo Pran cuando ingresaban adentro del edificio.

-Y claro que hay fantasmas. Todos llevamos fantasmas dentro de nosotros jovencito, y en éste lugar conseguimos que se liberen de ellos. - dijo un doctor apareciendo detrás de ellos.

Pran se escondió detrás de Pat al escuchar esa voz tan cerca suyo.

-Hola, soy el doctor Hugo. Ustedes deben ser el señores que tenían que venir hoy. Los estaba esperando. - dijo amablemente el doctor.

-Sí. Yo soy Pat y él es Pran. Teníamos una cita con la psicóloga. El guardia dijo que un tal James nos indicaría cómo llegar a la consulta.

-Oh si... Bueno... Ella no está... Pero no sé preocupe tenemos a alguien que la está remplazando por el día de hoy. Por favor sígame, yo les mostraré el camino. - dijo el doctor mientras comenzaba a subir las escaleras y entraba a un cuarto.

"Habitación 8" leyó Pran arriba de la puerta antes de seguir a Pat al interior de aquella habitación.

-Buenos días. Soy el doctor David, que atenderá a su hijo. Por favor que se acueste en la camilla y que me cuente sus problemas. - dijo un joven con una bata de médico que estaba sentado en una silla.

Pran miró a Pat con el ceño fruncido al ver que aquel lugar no era un consultorio sino una habitación pequeña con una ventana con rejas y aquello a lo que el joven había llamado camilla sin duda era una cama.

-Disculpe. Creo que a habido un error. - dijo Pat, asombrado que haya recibido buenas referencias de aquel lugar habiendo visto lo poco profesionales que eran aquellas personas.

-No hay error! Es que acaso ya nadie confía en un médico?!

-David! Hugo! Qué les tengo dicho sobre engañar a las personas que nos visitan? - dijo una voz desde la puerta. - Lo lamento, nuestros pacientes suelen robar las batas y se hacen pasar por doctores muy a menudo. - dijo un joven vestido con traje de enfermero. - Soy James. Me avisaron que tenían que llegar dos personas pero nunca los vi entrar por lo que supuse que "alguien!" los había encontrado antes.

-Hola. Yo soy Pat y él es Pran. - dijo Pat. - Entonces ellos dos son pacientes?

-Así es. Por favor síganme y los llevaré con la señorita Bárbara. Y ustedes dos quédense aquí, cuando venga vamos a tener una charla muy seria. - dijo el enfermero antes de caminar escaleras abajo.

-Cómo es que los dejan hacer ese tipo de cosas? No deberían estar vigilados?

-Esto no es una cárcel señor Pat. Aquí no atamos a nadie si no es estrictamente necesario. Las personas internada en este centro llevan una vida tan buena como en cualquier otro lugar, solo que aquí vienen a curarse.

-Oh. Entiendo. - dijo Pat.

-Es aquí. - dijo James mientras se paraba junto a una puerta. - Si necesita otra cosa, yo siempre estoy cerca dando vueltas por el lugar. Con su permiso. - dijo antes de regresar por el pasillo.

-Sigue sin gustarme éste lugar. - escuchó a Pran murmuran detrás de él.

-Vamos. Solo será una hora y ya verás como se pasa rápido. - dijo Pat intentando darle ánimos.

-Para ti es muy fácil decirlo. - dijo Pran mientras se mordía el labio inferior al ver como Pat tocaba la puerta.

"Adelante!" Escucharon decir desde dentro y Pat abrió la puerta entrando el primero.

-Buenas tarde caballeros. Pasen por favor.

-Buenas tardes. Usted es la señorita Bárbara? - preguntó Pat.

-Esa soy yo. Soy la psicóloga de éste centro.

-Yo soy Pat y él es Pran. Hace unos días pedí una cita con usted.

-Así es. Los estaba esperando. Por favor tomen asiento y cuéntenme a qué se debe su visita?

-Mi compañero es un omega... Pero después de sufrir un ataque su omega desapareció. - explicó Pat mirando a Pran y sosteniéndole de una mano para hacerlo sentir seguro.

-Tú nombre es Pran, verdad? - dijo la psicóloga dirigiéndose a Pran quien sólo se limitó a asentir. - Bien. Entonces señor Pat me gustaría que nos deje solos mientras yo hablo a solas con él.

Pran miró asustado a Pat mientras negaba con su cabeza varias veces.

-Tranquilo. Estaré ahí mismo, de acuerdo? Cualquier cosa y estaré aquí dentro en menos de un minuto. - dijo Pat mientras le daba un suave apretón en su mano y se iba hacia la puerta dejándolo solo con aquella mujer.

Motel de citasWhere stories live. Discover now