videogames. vinnie hacker

25 !

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  𖥻 chapter 25 ♡̷̷ˎˊ-

vinnie hacker !

Me adentre en el cuarto de hotel donde nos estamos quedando y fruncí el entrecejo al ver todo a oscuras. Extendí mi mano hacia el interruptor y encendí las luces.

Lo primero que ví, fue a Jett, Jake y Valery sentados en el sillón, uno al lado del otro. Mirándome directamente. Salte del susto al verlos de esa manera y coloque una mano sobre mi pecho, muy aterrorizado.

—¡¿Se puede saber que les pasa, psicópatas?! —les pregunto, alarmado.

Jett fue el primero en reaccionar, y para mí mala suerte. Me tiró un almohadón que impacto directamente en mi rostro.

—¡Te estábamos esperando! —chilla con obviedad.

—¿Esperando? ¿Para que o que? —les pregunto, encaminandome hacia donde ellos están.

Me siento en uno de los sillones individuales y los miro con una ceja arqueada. Los tres me examinan de pies a cabeza con la cara repleta de emoción, y para mí sorpresa. Valery es la primera en señalarme algo.

—Tienes un poco de labial ahí —dice, tocando justo a un lado de su labio. Yo me alarmó enseguida.

Mierda. ¿Dios? Soy yo de nuevo.

—¿Labial? ¿De quién es el labial Vincent Cole Hacker? —me pregunta enseguida Jett.

—Si. ¿Con quién estuviste compartiendo gérmenes, Vinniecito? —Valery quiere saber, mientras sube y baja sus cejas con picardia.

Intento evitar el tema y hago un gran esfuerzo para no ponerme rojo al recordar la forma en la que me bese con Eleanor Miller. Pero es tan difícil no poder acordarme de su boca contra la mía, de su pecho pegado con el mío, de sus brazos rodeándo mis hombros, de mi sujetando sus piernas, de...

Mierda, ya me puse rojo.

—¡Se está sonrojando! —chilla mi buen amigo Jake, y no se porque, pero me dieron ganas de tirarle un objeto punzante en la cabeza para que se callará.

—¡No me estoy sonrojando! —exclamo, sonrojado.

—¡Si que lo estás! —dice Jett, extendiendo sus brazos hacia mi y apretando mis mejillas rojas.

—¿Con quién te besaste tan apasionadamente que te pusiste rojito al tan solo recordarlo? —Valery cuestiona, alzando una ceja. —¿Es alguien que conocemos? Porque yo no creo ser amiga de ningún vampiro.

Frunzo el ceño de inmediato y me alarmó enseguida.

—¿Que dices? —le pregunto, enarcando una ceja.

—Que tienes un chupetón en el cuello, casanovas —me apunta a un lado del cuello, y en ese instante me apetece morir.

Me levanto del sillón casi de inmediato y me aproximó a un espejo cercano, en cuanto veo mi reflejo, llevo la vista hacia mi cuello y confirmo que tengo, no uno, sino dos chupetones en el cuello que fueron hechos por la única e inigualable Eleanor Miller.