🌱 𝐃𝐞𝐭𝐫𝐚́𝐬 𝐝𝐞 𝐭𝐢 🌱

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Pov Omnisciente.

Sparta esperaba sentado en una rocosa explanada a Acenix. Ya habían pasado varios minutos desde que anunció un pequeño descuido antes de marchar.
Algo no le pintaba bien. Ese chico misterioso, Raptor hablando solo, simplemente no encajaba. Entre sus pensamientos intentaba buscar alguna respuesta a sus preguntas. Pero, no pudo seguir debido que Acenix se acercaba.

Acenix: ¿Qué?, ¿Nos vamos? - mostró un caballo con una pequeña carretilla.

Sparta: Claro - se levantó

Acenix: No te preocupes, al principio las personas no suelo caerles bien, sin embargo, una vez que me conoces, ¡No hay vuelta atrás! - rió.

Sparta: Ah, jajajaja...- rió nervioso. Acenix lo tenía en el punto.

Ambos emprendieron su viaje a la aldea de cuarzo, una villa de casedrones desgastados y una buena posada para pasar la noche. Sparta buscaría ahí, una pista de su última persona.

Meses atrás

Raptor y Sparta pararon en medio desierto. Su objetivo era encontrar al "vendedor de almas" del desierto. Su nombre venía a sus artículos extraños que pocas personas habían visto.

Un hombre que interrogaron les había dicho que buscarán la brújula de la noche, la cual, vendía ese tal vendedor ambulante del desierto.

Raptor: Cof Cof* ¿Estás seguro que existe tal objeto?, Se me está metiendo la arena por la boca, ¡buahh! - Raptor escupió.

Sparta: Pues la próxima vez tráete un pañuelo, quejica.

A lo lejos pudieron divisar a un hombre con vestimenta extraña y dos camellos atados. Parecían ir a algún lado. Por su aspecto no llevaban mucho tiempo en ese caluroso desierto.
Se acercaron con dificultad.

??: ¿Quiénes son? - preguntó el hombre con voz raspada.

Sparta: ¿Usted es el "vendedor de almas"?.

??: ¿Por qué lo buscan?.

Sparta: Necesito una brújula de la noche.

??: Una brújula de la noche, eh...esas ya no existen, hace más de 40 años que no veo una. Es imposible, váyanse, pierden su tiempo.

Sparta: ¿Dónde la podemos encontrar?.

??: Hay cierta mujer...una mujer, que escapó hace mucho tiempo. Maldita mujer, me acuerdo de ella, me robó mi brújula de la noche.

Sparta: ¿Y dónde podemos encontrar a dicha mujer? – el vendedor solo se resigno a seguir caminando.

???: A saber dónde está esa desgraciada, seguramente la habrá vendido, y ahora tendrá una mansión y unos caballos de alta raza, quién sabe.

Sparta: ¡Oye!, ¡Esperé! – Sparta corrió a el intentando detenerlo.

???: Déjalo jovencito, la última brújula de la noche ya no exis- — delante de él había una bolsita con bayas de ajolote – ¿¡D-dónde consiguió eso!?.

Raptor: ¿Esto?, Me lo encontré debajo de una cama. Le doy esto a cambio de la brújula, que si bien se, usted sabe encontrar una – los ojos bicolor brillaron.

???: Mmh, estaran en problemas si alguien se da cuenta que la tienen, ¿En serio quieren arriesgarse?.

Raptor: No he estado año y medio deambulando por aldeas y reinos para dejarla a medio hacer – el señor le arrebató la bolsita.

???: Seguirme, pero, no me hago responsable si les pasa algo.

El señor los llevó hasta una cueva llena de arena. Lo más difícil era pasar las temibles arenas movedizas, que tragaban todo lo que tocaban, mas, no fue un obstáculo para ellos, ya que se agarraron a las paredes. Después de pasar se encontraron con asquerosas plantas que soltaban un gas que casi mata a Raptor del olor. Una vez pasaron lo nombrado su última prueba fue abrir la puerta que daba paso a el relojero de arena, quién aguardaba relojes del tiempo. Gracias a la capacidad de Raptor para terminar abriendo las puertas sin querer entraron.

۞𝐿𝑎𝑧𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜𝑠 𝑈𝑛𝑒𝑛۞Where stories live. Discover now