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Dos días habían trascurrido desde el enfrentamiento entre Na y Lee. Y la estación no dejaba hablar de eso, inventaban rumores sin lógica alguna, algo muy poco profesional al ser todos servidores de la justicia en lo sociedad, pero en fin la hipocresía nunca dejaría de existir y menos dentro de la policía.

Dos días donde Haechan llevaba leyendo el expediente de Jeno, intentando buscar una semejanza en ambos. Algo sorprendente es que llegaron a compartir un par de clases durante la Academia, sorpresa se llevó el menor, no pensó que se conocían, sin embargo, solo haber tenido clases juntas era la única semejanza después de eso, no se habían visto más.

Dos días donde Jaemin respiraba en el cuello de Haechan, a pesar de tener otros planes en la cabeza, no quitaba que eran equipo. Ambos juntos trabajando, pero con tensión entre ellos, intentaban encontrar unión, pero no había nada. Y gracias a eso siempre Na le recordaba que mataría a su esposo si seguían así.

Haechan no iba a arriesgarse a que encarcelaran a su amigo, no permitiría que perdiese su humanidad por venganza

-Iré a casa- decía Haechan poniéndose su abrigo

- ¿A qué? ¿Te acostaras con el antes que lo mate? – decía humorístico Na, un humor negro igual que su personalidad ahora

-Para tu información, no. Iré a buscar pistas en casa- dijo mirándolo –Debe haber algo que pruebe su culpabilidad-

Jaemin río para el mismo mirando su reloj

- Tic-Tac, el tiempo corre Haechan, corre o serás viudo pronto- dijo sonriendo

Haechan sin verlo salió de la oficina directo a su auto.

Teniendo más privacidad para él, Haechan no pudo dejar de notar como sus manos sudaban y temblaban en el timón de su carro, haciéndole manejar torpemente. Rezaba que su esposo no llegase aun a casa, situación propensa debido a la hora, eran las seis de la tarde, su esposo siempre llegaba después de las ocho.

Buscaría pistas y las llevaría de una a la estación, se escuchaba fácil el plan. Sin embargo, estábamos de su esposo, ahora un desconocido para el en su totalidad. Dormir abrazado de su esposo le hacía sentir nauseas, todo era una farsa y tal vez hasta el amor entre ellos lo era, a pesar que el menor hasta el último minuto intento defenderlo, siendo leal al "amor de su vida" pero tenía que quitarse la venda de los ojos, poner fría su mente y corazón, el Mark que amaba era falso y tal vez nunca hubo uno verdadero.

Incrustando la llave en la puerta, una ráfaga de aire caliente le llego al cuerpo, la calefacción estaba encendida. El automóvil de Mark no estaba, lo cual fue un alivio.

Sin tiempo que perder, subió las escaleras en par en par hasta llegar el único cuarto prohibido en la casa.

"la oficina de Mark"

Mark era privado con sus casos en el trabajo. Al ser psicólogo mostrar los expedientes era lago confidencial, porque Mark no solo atendía a civiles sino también importantes Ceos y personas de la ciudad, por lo cual debía ser reservado hasta con su propio esposo. O eso fue lo que Mark le dijo a él, tal vez detrás de esa puerta estaban cráneos de los vecinos y él no lo sabía

Ya no podía tener la imagen "inocente" de su esposo, solo la de un asesino. Y lo prefería así, pensar como un detective antes que un esposo. En sus manos estaban el juego de llaves de la casa, sabía que estaba ahí la llave, varias veces vio a Mark cerrándola con ese conjunto, pero ¿Cuál sería?

Con prisa probo una a una hasta que una entró, Haechan dio un respiro antes de entrar

Se había preparado mentalmente para encontrarse con todo tipo de cosas, pero nunca pensó que la oficina se viese tan ¿normal? Todo era gris con degradados de ese color, no había ni un solo desorden, ni basura, ni platos sucios, ningún papel suelto. Todo estaba raramente muy ordenado y no sabía si temerle a eso si desordenaba o movía algo, Mark se daría cuenta

12:14|Markhyuck Donde viven las historias. Descúbrelo ahora