s e i s.

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El rubio estaba perplejo, no dejaba de ver con asombro y algo de emoción todo lo que formaba parte de aquel lugar, mientras que el de cabellos verdes buscaba con la mirada a su cliente del día, quien debía estar cerca de la multitud que esperaba con ansias ver aquella carrera.

Una vez el peliverde logró divisar aquella melena negra se dedicó a correr en dirección hacia él, no sin antes sujetar fuertemente al cenizo y llevárselo a rastras.

-¡Shindo, Shindo! -se escuchó resonar en aquel concurrido lugar, el grupo de personas aglomeradas ahora se disipaba para darle paso al adolescente anteriormente nombrado.- ¡Aquí la traigo!

-¡Hermano, te estaba esperando! -dijo felizmente el pelinegro acercándose a los dos chicos frente a él.- Llegaste algo tarde, incluso pensaba que ya no vendrías... -confesó, cruzandose de brazos.

-Verás, tuve un pequeño retraso... -respondió Izuku nervioso mientras sonreía levemente.- ¡Pero ahora estoy aquí! Traje tu pedido sano y salvo, es lo que importa.

El pelinegro estiró sus manos, tomando con ellas aquella caja morada mientras miraba con asombro y emoción al pecoso. Bastó un asentimiento del mismo hacia el pelinegro para que este procediera a averiguar con rapidez el contenido de la misma; aún sabiendo lo que era, sus ojos no podían creer lo perfecto que había quedado su propio skate personalizado.

-Eres impresionante, hermano... -comentó Yo Shindo, aún en shock pero con una sonrisa inevitable. -Venga, ¡Que eres lo mejor de este jodido circuito!

Izuku no pudo evitar sentirse algo incómodo cuando el chico frente a él, sin previo aviso, lo apretó entre sus brazos dando vueltitas mientras saltaba. Una vez volteó su rostro hizo contacto visual con el rubio a su lado, quien solo se colocaba una mano en su boca para evitar reír, cosa que hacía sonreír al peliverde. Finalmente, Yo Shindo lo soltó para sujetar con firmeza su nuevo skate y despedirse de él al escuchar la campana que avisaba la cuenta regresiva de los 15min previos a la carrera.

-Debo irme, iré a calentar y practicar con el skate antes de que comience el evento. -soltó rápidamente antes de mover sus pies de un lado al otro y flexionar repetidamente sus piernas.

-Oye, Shindo -le llamó Izuku antes de que se diera la vuelta. -, ¿Esta carrera es clasificatoria, no?

-Asi es -asintió frenéticamente antes de sonreír. -, voy a ir con todo para ganarle al grandulón.

El pecoso no reconoció al instante aquel sobrenombre por lo cual frunció el ceño notoriamente confundido, pero bastaron unos cuantos segundos para que su expresión de confusión cambiara a una de suma preocupación.

-Shindo, no estarás hablando de... -paró en seco al darse cuenta de que sus sospechas eran ciertas.

El chico al cual le apodaron anteriormente "grandulón" se acercaba lentamente a la línea de salida, las chicas a su alrededor le pedían fotos y le coqueteaban de manera descarada, mientras que él solo se dedicaba a ver con ojos sombríos a Shindo mientras estiraba su cuello y brazos. El pelinegro tragó saliva y volteó rápidamente para romper contacto visual con su contrincante.

-Estás loco si crees que puedes ganarle a... -volvió a parar en seco, esta vez siendo interrumpido por el pelinegro.

-Pues dime loco, pero voy a ganarle -respondió Shindo con la voz un poco temblorosa, pero con un rastro de decisión en ella. -, en fin, debo irme ya si no quiero que el bebé grande venga a buscarme por su cuenta.

-Por favor, ten mucho cuidado... -pidió el más bajo con un deje de tristeza en su voz.

-Todo bajo control, amigo. -finalizó Shindo, dándole un ligero apretón en el hombro a su amigo para calmarlo.

Cool Kids| k.dDonde viven las historias. Descúbrelo ahora