Capítulo 31

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Lucas, que había sacudido la mano de Azela, miró a su alrededor y vio que la gente los miraba desde lejos.

<Habrán más rumores.>

Lucas miró a Azela, mordiéndose el interior de su mejilla.

El gesto de Azela, que daba la espalda a la gente, era lastimoso a sus ojos, pero en realidad le brillaban los ojos.

—Hermano, tengo algo que pedirte.

—Hazlo rápido.

—Por favor. Por favor, haz que padre deje de salir a escondidas...—Azela le rogó a Lucas que detuviera las salidas del emperador.

— ¿Por qué debería hacerlo?

—Sale muy a menudo. Si tan solo mi familia pasara algo de tiempos juntos...

—Eso es inútil.

—He oído que cuando la emperatriz vivía, mi hermano disfrutaban de mucho amor. Pero yo...—Azela habló con entusiasmo, como si anhelara el amor familiar. El rubor que subió a sus mejillas se veía muy lastimero.

Conmocionado por la muerte de la emperatriz, el emperador, que era cariñoso y amable, se volvió frío. Por eso, la joven Azela atraía a menudo la simpatía de la gente.

< ¿Cómo te atreves a mencionar a mi madre con tu boca?>

Lucas se mordió los labios y miró fijamente a Azela.

Su poder espiritual era detectar la verdad. Obviamente, las palabras de Azela de que quería pasar tiempo con todos no eran mentira, pero...

< ¿Cómo puedes verte tan indiferente?>

Puede que fuera posible porque no podía leer su interior, pero aun así era realmente sorprendente.

Podía ver con claridad que poseía un corazón oscurecido por la malicia, pero en el exterior tenía una expresión lastimosamente hermosa.

Tal Azela le recordaba a su madre, la emperatriz Elaina.

[Nota: Habla de la madre de Azela.]

No sólo la apariencia de aquel cabello rojo ardiente, sino también su actitud era perfecta.

Tanto la madre como la hija tenían un corazón negro y fingían ser las damas más elegantes y hermosas del mundo.

—No puedo creer que intentes impedirle hacer actividades que él emperador considera importante por una razón tan egoísta.

Las salidas encubiertas eran lo más importante para el emperador.

¿Cómo podía Lucas, que sólo tenía diez años, detener las acciones del emperador?

Sin embargo, Azela era muy astuta e inteligente.

Sabía que el emperador no confiaba en nadie dentro del castillo, él sólo confiaba en su hijo. Por eso, si quería decirle algo al emperador y no funcionaba, corría directamente a Lucas.

—Oh...actividades importantes...tienes razón.

Lágrimas transparentes brillaron en los ojos de Azela. Parecían criticarlo por no haberla escuchado cuando se estaba esforzando tanto por su familia.

[Nota: Wey, quiero golpearla. Hay que golpearla.]

—Entonces, ¿no puedes convencerlo de no participar en sus salidas?

No parecía que Lucas la escuchara de todos modos, así que Azela suspiró y cambió sus palabras. Diciendo que lo acompañaría en sus salidas.

— ¿Por qué iba a llevarte con él?—Lucas ahora estaba muy molesto.

Nadie me quiere a excepción de los villanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora