Capítulo 8: "Soy vulnerable a ti"

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-Michael, yo...-puse mi dedo índice en sus labios para evitar que me besara e intentaba incorporarme para alejarme de él- No puedo hacerlo...

-¿Por qué nena?, ¿tienes miedo de que seas follada? ¿O no quieres que yo te folle?

-Eché una pequeña carcajada- No es eso, es que...

-¿A caso te da miedo una pequeña serpiente de un sólo ojo que mide 30cm? -se rió-

-Asentí con una sonrísa- Es muy grande, y yo...yo...soy virgen- Bajé la mirada avergonzada-

-Ah -Respondió indiferente-

-Michael, no te enfades por favor, siempre le he tenido miedo a las relaciones sexuales, siento que...aún no estoy preparada.

-¿Nisiquiera con ese estúpido tuvíste sexo?

-No -Bajé la mirada de nuevo y torcí la boca leve-

-Está bien, soy un caballero y tengo que respetar tus decisiones.

-Gracias- Lo miré a los ojos, le sonreí y me acerqué para darle un beso en la boca-

-No agradezcas- Tomó mis manos y las acarició- ¿Te gustaría dar un paseo?

-Si es contigo, sí.

Nos incorporamos de la cama. Michael entró a darse una pequeña ducha mientras yo me dirijí al lava manos, coloqué una toalla en mi cabello para evitar que éste se mojara al lavarme el rostro; me cepillé mis dientes y salí del baño -claro, yo sin querer hacer el amor y víendolo desnudo dándose esa ducha, su trasero tan bien formado, un pene tan grande y ancho que me daban ganas de que me follara la boca, su espalda tan sexy con esos hombros anchos y perfectos y ese cabello negro largo que le caía tan perfecto sobre sus hombros y su rostro, está bien, está bien, saldré de mis pensamientos pervertidos- me dirijí a mi closet. Escogí un short de mezclilla chiquito, mis convers negros y una blusa negra sin mangas, me retiré toda la ropa para vestirme, pero había olvidado que Michael estaba en mi casa...

-¡Dios!, ¿A caso esta mujer tan sexy es mi novia?

-Me sonrojé- Gracias Michael -dije sin voltear a verlo-

-Si quieres puedes voltear muñeca.

Lo hice despacio. En mi rostro se dibujo una expresión de asombro, me cubrí la boca con mi mano derecha para ahogar un gemido.

-Te dije que era grande- asentí-

-Y mucho- mi respiración se comenzó a acelerar-

-No te quedes con las ganas nena, si quieres puedes tocarlo- veía como se le empezaba a formar su grande erección, y, sin pensarlo dos veces, me acerqué a él sin apartar mi mirada de sus ojos, posé mis manos en su cadera y me arrodillé en frente de él sin apartar mis manos de su cadera hasta llegar a su delicioso y grande pene, lo tomé con ambas manos y gemí.

-¡Mmmm...!-exclamé- ¡Que suave, largo, ancho y duro está!

-Pruébalo, me calientas nena. -dijo con voz seductora-

Y eso hice, bueno, primero lo masturbé hasta sentir entre mis manos como comenzaba a punsarle el pene, luego, pasé mi lengua alrededor de su glande e introduje al fin su miembro en mi boca (lo poco que me cabía), Michael me tomó del cabello y me atraía hacia él...

-Nena, eres maravillosa -dijo con la respiración agitada, estaba temblando, gemía a cada rose de mi boca contra su pene, lo cuál también me hacía gemir, seguí hasta sentir su líquido caliente pasar por mi boca, lo tragué y le dije:

-¿Listo para salir? Ya estoy satisfecha, gracias amor.

-¿Así?, ¿Sólo eso?, ¿Vas a dejarme con las ganas? -me tomó de los brazos para poder incorporarme- después de lo que me dejé hacer por ti, para que quedaras satisfecha- asentí-

-Lo siento, pero primero soy yo- reí y me di la vuelta para continuar vistiéndome. Michael me tomó del brazo e hizo que volteara a verlo, me acercó a él hasta quedar a dos centímetros cerca de su boca, sentía su respiración mentolada con la mía-

-Prométeme que regresándo del paseo vamos a terminar con esto- asentí con vulnerabilidad-

Nos vestímos para salir al parque a dar una vuelta, ibamos tomados de la mano y platicándo sobre nosotros.

"Un corazón de cristal" Michael Jackson y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora