Carta V

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Descartable será tu rostro cuando te lo parta, Liend.

¿Te molestan las cartas en tu ventana? Entonces, si la princesa se siente incómoda, lo mejor será dejarlas en otro sitio.

No pararé hasta que te alejes de mi Flora. Ayer los vi abrazados en el receso, ella acariciaba tu andrajoso y rubio cabello.

Estás muerto.

—Lev Sillent. 

• ────── ✾ ────── •

El bastardo se recuesta contra un casillero magullado, está de espaldas y, de no ser porque Flora lo acompaña, creería que es una mujer con cabello corto. ¿Por qué demonios usa ropa ajustada? Los jeans están demasiado pegados a su esbelto cuerpo, qué le pasa.

—¿Otra vez mirando a Smith? —Theo camina hasta detenerse a mi lado, comiendo una manzana.

—No —respondo carcomido por los celos cuando Liend le besa la mejilla.

—Esa chica será tu perdición, créeme. —Saca varios libros de su mochila—. Todos saben que Smith nunca se enamora, es como una fiera buscando venados para masacrar: solo mastica y escupe, no traga —murmura abriendo el casillero junto al mío, quedo perturbado al notar toda la basura que contiene.

—¿Nunca limpias? —Aprieto los labios.

—No empieces —me advierte—. Tu obsesión con la limpieza podría volverme católico, rezaría para que se te quite.

¿Obsesión?

Por favor, lo único que pido es más higiene. Hay millones de gérmenes contaminando cada superficie que tocamos, pequeños microorganismos que podrían arruinarnos la vida. Traen enfermedades, muerte, no es un juego. Pero bueno, Theo jamás lo entenderá hasta que sea demasiado tarde.

—Olvídalo —contesto.

—Tus probabilidades de tener sexo bajan cada vez que mencionas cuánta contaminación hay en el aire —habla entretenido, sonriendo—. Estoy preocupado por ti, intento ayudarte.

—¿Y tu altura? —Pongo una mano sobre su cabeza, la cual me llega al hombro—. Eres un pitufo, sin ofender a los pitufos. Las mujeres prefieren tipos altos como yo.

—¿Meterse con las inseguridades de tus amigos? —Hace un puchero—. Muy bajo, Sillent, muy bajo.

—Como tú.

—Podrás ser alto pero la chica que te gusta anda manoseando a Rain Liend. —Inclina su cabeza hacia atrás, mostrándome un escenario que prefería no ver.

Flora le está... ¿Tocando el trasero?

—¿Qué? —Frunzo el ceño, indignado.

—Quizá tengas razón, no parecen amigos —agrega dejando los libros dentro del compartimiento metálico.

—Él lo pagará caro. —Muerdo mi labio inferior, furioso.

¿Por qué se deja tocar así?

Solo sonríe, permitiendo que ella juegue con su cuerpo. Tiene las mejillas rojas, es obvio que le gusta mi chica. Aunque debo decir que no deseo estar en su lugar, ese tipo de contacto me parece incómodo.

—Yo seré quien toque su trasero —susurro.

Luego de asegurarme que esté limpio, claro.

—¿El de Liend? —Theo arquea ambas cejas, riendo—. Admito que es bastante lindo.

—¡No quiero tocarle el culo a Liend! —le grito molesto—. Me refería a Flora.

—Amigo, él te escuchó. —Enseguida levanto la vista, unos intensos ojos mieles me observan con diversión.

Cartas Irreverentes |BL| ©Where stories live. Discover now