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"No le temo a nada ahora que encontré tu amor" -Personal Heaven de Michael Mandrano

En el pasado, hubo muchas ocasiones en las que se tuvo que ocultar con los ojos llorosos entre las sábanas, con la puerta asegurada y escuchando los gritos y pleitos del otro lado. Sus padres nunca notaron las ojeras o los ojos rojos.

Xiao Zhan, en cambio, siempre estuvo pendiente de esos detalles y en las noches en las que ocurría lo calmaba abrazándolo. Esta vez no fue diferente, salieron del estadio tomados de la mano, de incógnito para que las cámaras y los reporteros no los molestaran, en el coche de los señores Xiao, Yibo se recostó contra el hombro de su novio, cansado y emocionado a partes iguales.

A pesar de la pérdida, la presencia de Xiao Zhan y su ahora noviazgo eran suficientes para aliviar el fiasco de la carrera.

—Ge, quiero dormir —murmuró.

—Puedes dormir cuando lleguemos a casa, Bo-di, tenemos que asegurarnos de salir de aquí primero y revisar tus heridas ¿está bien? —dejó un beso en su frente y después lo miró a los ojos para que Yibo le confirmara.

Asintió, sin prestar mucha atención, su mirada centrada en el lunar bajo el labio que en esa posición estaba muy cerca.

—Gege, no gires —Zhan, bajo la cabeza con confusión, y Yibo aprovechó el momento para dejar un beso sobre el lunar.

Sonrió contra la piel de Zhan.

—Un sueño cumplido. —Xiao Zhan tartamudeó, comprendiendo las palabras de su didi y un sonrojo subió por sus mejillas.— Me gusta mucho tu lunar —respiro profundo y su novio miró la ventana tratando de ocultar la vergüenza que sentía.

Yibo no podía estar más feliz, repitiendo en su mente una y otra vez que este chico era su novio, su mejor amigo, su familia.

—¿Solo mi lunar? —admiró el perfil de Zhan, sintiéndose atrevido.

—No, me gustan más tus mejillas porque... —Zhan giró, mirándolo acusador.

—No lo digas.

—...parecen de un lindo conejo. —sonrió con inocencia al terminar.

Zhan entrecerró los ojos, aceptando un reto silencioso.

—Tú cabello parece la melena de un león —Yibo trató de ocultar su risa detrás de su puño pero no lo logró, contagiando a Zhan, ambas risas llenaron el estrecho espacio del coche.

—¿Puede este león cazar un conejo? —bromeó de la nada, aún riendo sin embargo, Zhan lo sorprendió respondiendo de inmediato.

—El conejo ya tiene al león bien entrenado. —Yibo dejó de reír tratando de descifrar a lo que se refería.

—¿Entrenado? ¿Cómo...comiendo de su mano?

—Mmh —Xiao Zhan cambió su risa por una mirada encantadora y sonrisa de medio lado, acercándose a Yibo— El león fue muy travieso robando un beso de este pobre conejo, ¿Debería robarlo de vuelta?

—¿Eh? Gege... —su llamado fue interrumpido por la boca de Zhan sobre la suya, el pequeño espacio del coche se volvió casi asfixiante, cerró los ojos, alzó las manos y las volvió a bajar, por completo perdido.

Cuando Zhan se separó, él se inclinó y volvió a juntarlos.

—¡Ay, se me cayeron las llaves! —la voz del señor Xiao fue secundada por la puerta del piloto siendo estrellada.

Ambos chicos se separaron, pegando la espalda a cada puerta. A través de la ventana lograron divisar al señor Xiao enderezándose con las llaves en su mano, volvió a abrir la puerta y entró al coche con una tos fingida.

Gracias A MamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora