31. ¿Puedo dormir contigo?

Start from the beginning
                                    

- ¿Mm? – Le respondo por fin

- Gracias

- ¿Por qué?

- Por lo que estás pensando – Me dice con una sonrisa

Niego con la cabeza y aparto la mirada, aunque le devuelvo la sonrisa.

- Vístete, muchacha. Solo soy un hombre

Se mira los pies y esconde su sonrisa, aunque puedo ver como se sonroja.

Por un segundo, me encuentro mirando a la Val de 19 años, que a pesar de ser directa y frontal conmigo, solía ponerse nerviosa cada vez que escuchaba un halago.

Escucho a Isa toser en la distancia, y luego el acceso de tos se hace peor y peor, hasta que rompe el hechizo.

Salgo corriendo por el pasillo para atenderlo, mientras pienso en que otra vez algo pasa entre ella y yo. Otra vez las cenizas se están convirtiendo en fuego.

¿Y qué se supone que debo hacer con eso?

---------------O--------------

Resulta que Juan Pablo Isaza no deja de ser mandón ni siquiera enfermo, así que me envía al estudio a grabar voces con Marto.

Simón está agripado y apenas puede abrir los ojos, pero se tira en el sofá del estudio envuelto en un cobertor y sorbiendo té de manzanilla y nos observa trabajar. Cuando cae la noche, tomamos temperaturas, repartimos sopas de pollo, cambiamos sábanas y, en general, atendemos a nuestros enfermos.

Lo bueno de que una pandemia con síntomas respiratorios te ataque en la casa de un cantante es que hay con qué nebulizarse, así que ayudo a Isa a hacerlo cuando su respiración se hace más ruidosa. Cuando finalmente se duerme, voy a mi habitación y me dejo caer en la cama.

Me gusta poderles retribuir a todos lo mucho que me cuidaron cuando mis síntomas estaban en su peor momento, pero ya que todavía no estoy recuperado del todo, básicamente me desplomo en la cama, sintiéndome agotado.

El control del televisor está demasiado fuera de mi alcance para seguir con mis maratones de películas, así que agarro mi celular y me entretengo viendo Twitter.

Pick: Oye, Villa

Le frunzo el ceño a la pantalla cuando veo aparecer su mensaje, y rectifico ociosamente la fecha y hora de llegada, lo que es bastante estúpido porque acaba de parpadear en mi pantalla y ella no me había escrito un solo mensaje desde poco antes de salir de gira juntos.

Villa: ¿Por qué me está escribiendo? Está en la habitación del lado

Pick: No quería tocar tu puerta por si ya estabas dormido

Villa: ¿Pasó algo con nuestros pacientes?

Pick: Nop. Duermen como lirones

Villa: Bueno. ¿Por qué estamos chateando entonces?

Pick: 😳😳

Pick: Estuve durmiendo contigo un par de días mientras estabas enfermo

Villa: Si, lo sé. Gracias, por cierto

Pick: Ya me diste las gracias como 78 veces. No es eso

No tengo paciencia para esto.

Me levanto y voy hasta la habitación de Susana, que es la que ella está ocupando.

Abro la puerta sin llamar.

Ella está acostada en la cama encima de las colchas revueltas. Lleva puesto mi saco y está mirando la pantalla del celular con el ceño fruncido. En cuanto escucha la puerta ser abierta, sus ojos vuelan hasta mí y me da una mirada de duda.

Domingo » Juan Pablo Villamil (Morat)Where stories live. Discover now