XV

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Emily Escobar

Cuando Alejandra despierta se encuentra igual de confundida que nosotras y tenemos que esperar un rato para que se recupere, ya que no puede levantar la cabeza por completo.

—Creo que me noquearon con un golpe en la cabeza —es su explicación.

Después de quejarse de dolor y forzar a su cabeza a levantarse, Addison y yo la miramos con expresiones que la asustan.

—¿Por qué me miran así? —cuestiona.

—Tienes algo en la frente —contesta Addison.

Alejandra trata de tocarse, pero al estar atada no lo consigue.

—¿Qué tengo? —vocifera.

—Cálmate —exige Addison.

—Tienes una nota —explico.

—¿Qué dice? —pregunta ansiosa.

—No alcanzo a leer —contesto.

—Yo tampoco —agrega Addison.

—¡Mierda! Busquemos la forma de liberarnos —habla Alejandra muy molesta.

Hacemos lo que dice y atentas miramos a nuestro alrededor, sin embargo, no conseguimos pensar en nada hasta que cuando pensamos rendirnos, Alejandra nos mira con una sonrisa.

—¿Qué sucede? —cuestiono.

—Tengo mis cuchillos —responde en voz baja.

—¿Dónde? —pregunto.

—Dentro de mi pantalón —contesta.

—¿Cómo los vas a sacar? —pregunta Addison.

Alejandra le sonríe, abre las piernas y su cuerpo reduce la altura, hecha las piernas para atrás y logra introducir sus manos dentro del pantalón.

—El sexo ayuda con la flexibilidad —sostiene dos pequeños cuchillos en su mano y se acomoda con normalidad con una gran sonrisa en su rostro.

Addison y yo nos alegramos y sonreímos mutuamente. Alejandra comienza a cortar la soga que la ata al árbol y cuando logra liberarse se acerca a mí, me libera y luego corremos hasta Addison y cortamos su soga, esta se coloca de pie y sin siquiera agradecer, retira la nota de la frente de Alejandra.

"El juego recién comienza. Premio final: Alejandra" —es lo que lee Addison de la nota.

—¿Cómo que yo? —cuestiona Alejandra.

De repente escuchamos un "clic" volteamos rápidamente y humo nos comienza a rodear, Addison cubre mi nariz y boca con una mano mientras con la otra se cubre a ella, pero no sirve de mucho. Addison me suelta y cae al piso, después observo a Alejandra caer y unos segundos después caigo al suelo.

Pierdo la conciencia, mi mente queda en blanco y mis sentidos desaparecen. Todo se queda así por un buen rato luego siento paz y veo una luz, pero de repente un fuerte golpe me hace abrir los ojos.

—Eso dolió —poso mi mano en mi mejilla.

—No encontré otra forma de despertarte —responde Addison.

La observo mejor, me ofrece su mano y me ayuda a levantar.

—¿Dónde estamos? —cuestiono.

—No lo sé. No he podido revisar el lugar. No he podido dejarte sola —explica.

—¿Y Alejandra? —noto su ausencia.

—Creo que ella es el tesoro que debemos encontrar —me muestra un mapa —. La X somos nosotras, la casita es la cabaña y supongo que las estrellas son las demás.

Golden MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora