Era una mañana soleada y tranquila, viernes 8:00 am, clase de español.
Mis compañeros y yo estábamos dentro del salón, esperando que llegara la maestra. Estoy sentado mirando a mi alrededor. Algunos compañeros juegan en el piso con sus muñecos, otros colorean, recortan papeles y hacen creaciones importantes con sus múltiples colores. Algunos, leen libros en el rincón de la lectura, Martín y Sofía escriben en el tablero. Pero, ella esta ahí sentada, hermosa como una rosa, "esto me rima, ahora todo me rima". Era ella, el motivo de mi rima, ella y sus ojos, ella y su pelo, ella y su boca.
La maestra de español entra y saluda.
_ ¡Buenos días!
-¡Buenos días, maestra! - todos contestan en coro.
Mis compañeros corren a sentarse, guardan sus juegos, colores, marcadores, libros y se organizan en sus escritorios. Mientras tanto yo la miro, ella se corre el pelo, se acomoda la falda, saca su cuaderno y su lápiz. Ella levanta la mano...La maestra sigue llamando a lista y cada uno va contestando.
- ¡Aquí estoy profe!
- ¡Presente!
La maestra levanta la mirada por encima de sus gafas.
-Buenos días, Lucía, ¿necesitas algo? - le pregunta la maestra.
- Sí maestra, ¿puedo ir al baño? - responde Lucía con voz muy bajita.
- Sí - le responde la maestra.
Ella se levanta, organiza su silla con mucho cuidado y sale con las manos en los bolsillos de su falda. Entonces... yo levanto la mano, me levanto de la silla, trato de que me vea, pero, la maestra no me ve. La maestra sigue llamando a lista, uno por uno, "Cristobal, Sofía, Emmanuel"... y yo con la mano levantada, "que me vea, que me vea" pensaba. La maestra tenía afán de terminar la lista. Hasta que dijo, -"Antonio Vélez ", ese era yo.
- ¡Aquí maestra, aquí! Sin dejarla seguir, le dije, ¿maestra, puedo ir al baño?
Pero era demasiado tarde... ella regresaba del baño. Yo me siento y suspiro, una oportundiad perdida. La maestra me dice.
-Sí, Antonio ¿qué me decías?
- Nada maestra, ya no.
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La maestra continúa con el ejercicio de la clase pasada y pregunta.
-¿Quién nos quiere compartir la rima que escribió?
La mayoría grita y levanta la mano "¡yo, yo, yo!". La maestra señala y dice "ok, vamos a escuchar a Jacobo". Jacobo se para, sale al frente del salón y dice:
